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Por María Josefina Arce.
De espalda al pueblo, así califican partidos políticos y organizaciones sociales de Ecuador el presupuesto para el 2021 presentado por el gobierno del presidente Guillermo Lasso, que una vez más desconoce sus promesas electorales y sacrifica la prosperidad de los ecuatorianos.
La semana pasada la Comisión de Régimen Económico de la Asamblea Nacional sancionó la propuesta gubernamental, en la que la salud y educación son sectores olvidados, que no reciben los fondos necesarios.
La COVID 19 dejó al descubierto el abandono del sistema sanitario durante el mandato del hoy ex presidente Lenín Moreno, que recibió de su antecesor Rafael Correa una infraestructura mejorada y ampliada que permitió aumentar la atención médica y llegar a los más humildes.
En los 10 años que gobernó Correa, de 2007 al 2017, se invirtieron millonarias cifras en la edificación de nuevos hospitales y mejora de los ya existentes, se organizaron los niveles de atención y se contrató más personal de salud.
Sin embargo, en los cuatro años de gestión de Moreno no se implementó ningún programa en esa área, no se llevaron a cabo obras constructivas, ni de ampliación de capacidades.
La poca atención al sector llevó al colapso de los centros hospitalarios por el elevado número de contagiados con la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, que puso a Ecuador el pasado año en el centro de las noticias.
Ahora el actual gobierno que preside Lasso vuelve a dejar en el abandono esa importante esfera que requiere de una mayor inversión del estado para ir reduciendo los problemas acumulados durante cuatro años y garantizar la atención médica a todos los ciudadanos.
La educación no ha corrido mejor suerte. La propuesta gubernamental pone en riesgo el futuro de la nación suramericana, luego de que en los dos lustros de Revolución Ciudadana, liderada por Correa, se potenciara esta rama vinculada estrechamente al desarrollo del país.
Moreno también dejó una deuda con la educación. Desde 2018 ya se proyectaban reducciones de fondos como denunciara Fander Falconi, en ese entonces titular de la cartera y quien renunciara por estar en desacuerdo con el recorte.
En la sugerencia del actual gobierno los recursos asignados para la educación superior no favorecen la apertura de nuevos cupos, ni la ampliación de las becas en los centros de altos estudios que favorecen a los sectores más pobres.
La sociedad ecuatoriana se movilizará en las próximas horas para exigir un presupuesto de calidad, ante la consolidación por el presidente Guillermo Lasso de una política neoliberal que deja de lado el bienestar de los ciudadanos, al no prestar atención a esenciales esferas como la salud, la educación, la creación de puestos de trabajo y la seguridad social.