Julen Rementería, Alejandra Reynoso, Santiago Abascal y Jorge Martín Frías durante la presentación en México del Foro Madrid.VOX / Europa Press
Por: Guillermo Alvarado
Hace algunos años el magnate estadounidense Steve Bannon, antiguo consejero de Donald Trump y separado por éste debido a sus ideas extremistas, imagínense ustedes, viajó a Europa con la peregrina idea de unir en un solo bloque a todos los partidos de la ultraderecha.
La cruzada de Bannon, denominada “El movimiento”, fracasó porque no supo analizar la historia de grupos como VOX, de España, Alternativa para Alemania, o Agrupación Nacional, de la francesa Marine Le Pen, entre otros, cuyos líderes no aspiran a ser segundos de nadie o compartir el timón.
Pues bien, ahora ocurre lo mismo pero al revés, porque un sector de esa derecha rancia, cargada de odio, racista y xenófoba del Viejo Continente, aspira a congregar a sus pares en América para dominar esta parte del mundo.
Se trata de VOX, de Santiago Abascal, quien pretende algo así como retomar estos territorios con una visión anti histórica, que niega los excesos cometidos durante la conquista y colonia, el robo de los recursos naturales, el genocidio de la población indígena y la destrucción de su cultura y civilización.
Para hacerlo trata de vender el concepto falso de una “Iberosfera”, formada por unos 700 millones de personas y creada, supuestamente, por la fusión de lo hispánico y lo precolombino, algo que nunca ocurrió.
Se trata de un descarado intento de hacernos tragar el cuento de que la irrupción europea en nuestro continente fue un hecho positivo, que ahora está en peligro debido al “comunismo” y los gobiernos de Cuba, Venezuela, Nicaragua o México, el Grupo de Puebla o el Foro de Sao Paulo.
La tarjeta de presentación de VOX es la “Carta de Madrid”, un libelo que destila veneno con párrafos como este: “El avance del comunismo supone una seria amenaza para la prosperidad y el desarrollo de nuestras naciones, así como para las libertades y los derechos de nuestros compatriotas”.
Resulta ser que según Abascal, ahora somos compatriotas, lo que va a contrapelo con los postulados ideológicos de su partido, basados en el ultra nacionalismo, el combate a la migración, africana y americana, la eliminación de la “ideología de género”, o sea la diversidad sexual y el odio al Islam.
Confieso que cuando leí la dichosa carta no pensé automáticamente en Francisco Franco, que bien podría haber sido su autor original, sino en Adolfo Hitler, quien engatusó al pueblo alemán para encaramarse al poder y luego enviarlo a la destrucción, y la de una buena parte del mundo.
Ojo, no debemos olvidar algo que no es simplemente un detalle, el nombre completo de la agrupación política de Hitler era Partido Nacional Socialista de los Trabajadores Alemanes.
El que olvida la historia, está condenado a repetirla.