Vegueros cubanos con mascarillas siembran posturas

Editado por Martha Ríos
2021-10-12 00:01:34

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No hay trabajador de la industria del tabaco que ignore la importancia del cultivo para el bien nacional.
Foto tomada del periódico Guerrillero

Por Roberto Morejón (RHC)

Con mascarillas y protegidos del intenso sol del otoñal octubre, los vegueros cubanos plantan las posturas de tabaco, baluarte de la economía, hoy castigada por la Covid-19 y el bloqueo estadounidense.

Lo que en la mayor de las Antillas llaman campaña tabacalera, se inició simultáneamente en las provincias destinadas al programa, correspondiente a la etapa 2021-2022, con la previsión de cubrir 25 mil hectáreas.

La mayor perspectiva de siembras corresponde a la occidental provincia de Pinar del Río, la de mejores suelos y experiencia.

Allí llevarán a los surcos 510 hectáreas de la variedad Virginia, materia prima indispensable para la fábrica de cigarrillos de la  Zona Especial de Desarrollo de Mariel, polo inversionista estrella.

La segunda provincia en importancia en el tabaco, la central Sancti Spíritus, también comenzó la siembra, con el encargo de ampliar las superficies a plantar y el acopio con respecto al año pasado.

Tanto Pinar del Río como Sancti Spíritus deben acometer los planes en medio del rebrote de la Covid-19, pero el avance de la vacunación con inmunógenos propios, como en el resto del país, promete futuras incorporaciones de fuerzas manuales.

Sobre todos los agricultores pende la desfavorable disposición de insumos y de combustible, dados los percances económicos a causa del recrudecimiento del bloqueo y los efectos de la pandemia.

Los vegueros más experimentados recomiendan a usufructuarios novatos retomar prácticas ancestrales como la tracción animal y los medios biológicos.

NO obstante, muchos de los labriegos confían en cumplir con las estimaciones de obtener 27 mil toneladas de tabaco, contratadas en su totalidad.

Para ello aseguran seleccionar correctamente las variedades a sembrar y estar estimulados por nuevas formas de pago contempladas en el ordenamiento monetario aplicado en el país.

No hay trabajador de la industria del tabaco, tanto cosecheros como torcedores, que ignore la importancia del cultivo para el bien nacional por su seguro envío a los mercados foráneos.

Es cierto que la pandemia obligó a la cancelación de un famoso festival promotor de los mundialmente famosos habanos y que las fuerzas empleadas en la actividad sufrieron presión.

Pero Cuba No elude sus compromisos de facturar anualmente cerca de 100 millones de unidades de tabaco torcido, destinadas a sus perseverantes clientes.

 



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