Foto tomada de la revista Bohemia
Por María Josefina Arce (RHC)
La ciencia cubana ha dado a Cuba múltiples satisfacciones. El quehacer de estos hombres y mujeres ha hecho posible a lo largo de décadas dar solución a diversas problemáticas de marcado interés para el avance socioeconómico de la nación y el bienestar de la población.
Decisiva ha sido la ardua labor desarrollada por nuestros científicos ante la llegada de la COVID- 19, que ha posibilitado una efectiva respuesta a la enfermedad causada por el nuevo coronavirus y la constante búsqueda de alternativas ante un panorama más complejo.
Un compromiso y esencial apoyo a los esfuerzos del país por proteger la salud de los ciudadanos, destacado por el presidente Miguel Díaz-Canel, quien en un encuentro con miembros de la Academia de Ciencias enfatizó que habrá que estar eternamente agradecidos a la ciencia cubana.
Los científicos del archipiélago han sobresalido en el desarrollo de investigaciones y en la conformación y aplicación de los protocolos para enfrentar la pandemia, que en constantes reuniones con la máxima dirección de la nación se han ido actualizando de acuerdo con la situación epidemiológica.
Un hito de nuestra ciencia es contar hoy con tres vacunas contra la COVID-19, de alta seguridad y eficacia, a pesar de las limitaciones que impone el bloqueo norteamericano, recrudecido aún en medio de una emergencia sanitaria mundial.
Gracias a esa dedicación y alta preparación, en la actualidad casi noventa por ciento de la población cubana ha recibido al menos una dosis de nuestros inmunógenos. Cuba fue, además, el primer país del mundo en iniciar una campaña de vacunación masiva en niños de 2 a 11 años de edad, que marcha satisfactoriamente.
También ha hecho posible el desarrollo y aplicación de productos de la industria farmacéutica como medicamentos inmunomoduladores, antivirales y preventivos para estimular la inmunidad.
Ese es el caso, por solo citar un ejemplo, de la Biomodulina-T. Desde los primeros meses de la pandemia su empleo se hizo extensivo en todo el territorio y fue uno de los primeros fármacos que se incorporó al Protocolo de Actuación Nacional para la COVID-19, avalado por una amplia experiencia de uso en personas de la tercera edad con repetitivas infecciones respiratorias.
La iniciativa de los investigadores en las distintas ramas del saber llevó, asimismo, a la creación de ventiladores pulmonares y diagnosticadores con la plataforma del sistema ultranalítico.
Y no podemos olvidar a las ciencias sociales que han desempeñado un papel importante en la promoción de la responsabilidad individual y colectiva en medio de la emergencia sanitaria y en el retorno poco a poco a la normalidad.
De grandeza, orgullo nacional y de merecido respeto y admiración calificó el presidente cubano la labor desarrollada por la ciencia cubana, que siempre ha estado en primera línea no solo ante la difícil situación generada por la COVID-19, sino cada vez que el país lo ha necesitado y también en cada momento de nuestra vida cotidiana.
