Foto tomada del Archivo/RHC
Por Guillermo Alvarado (RHC)
El Programa Mundial de Alimentos, PMA, aumentó sus proyecciones de 42 millones a 45 millones de seres humanos que sufren hambre en el planeta, lo que significa que en lugar de disminuir, este azote se incrementa debido a la coincidencia de diversos factores.
David Beasley, director ejecutivo de ese organismo viajó recientemente a Afganistán donde constató que por lo menos tres millones de personas sufren una aguda escasez de alimentos, en un país donde 23 millones de sus habitantes requieren ayuda para sobrevivir.
Este es uno de los resultados netos de 20 años de guerra encabezada por Estados Unidos y sus aliados occidentales, que ocuparon ese territorio en nombre de la libertad, la democracia y los derechos humanos.
Según Beasley, en el mundo se está produciendo en estos momentos una “tormenta perfecta” debido a los conflictos armados, el cambio climático y la pandemia de Covid-19, que está obligando a cientos de miles de familias a adoptar decisiones desgarradoras para obtener un poco de comida.
En medio de su desesperación están casando a sus hijos muy jóvenes, los venden, los retiran de las escuelas o los alimentan con insectos y hojas, asegura el más reciente informe del PMA.
Lo más terrible de este panorama es que no se trata de un problema que necesite de actos heroicos, gestos trascendentales o transformaciones estructurales en su solución. A la postre no es más que una cuestión de sensibilidad o dinero, más bien de ambas cosas.
Foto: Archivo/RHC
Así lo dijo el director del PMA hace pocos días, cuando expresó que con apenas el 0,36 por ciento del patrimonio de las pocas personas más ricas del mundo, se podría poner fin a esta crisis de hambruna.
Más aún, alrededor del 4 por ciento de la fortuna de Elon Musk, el magnate que se gastó un dineral en dar un paseo de pocas horas por el espacio, bastaría para garantizar que 45 millones de personas no muriesen de hambre.
De acuerdo con la publicación Bloomberg, Musk, propietario del consorcio Amazon, tiene una riqueza neta de 289 mil millones de dólares y el Programa Mundial de Alimentos calcula que con 7 mil millones daría de comer a los necesitados y se evitaría que este drama se volviese a repetir.
Besley, miembro del partido Republicano de Estados Unidos, invitó a los 400 multimillonarios de su país a que salgan afuera y vean a la gente que, a cada 4 segundos como promedio, está muriendo de hambre.
En una realidad ideal este problema ya estaría resuelto, solo que, a diferencia de lo que creyesen Leibniz o Voltaire, éste en el que vivimos hoy día está aún lejos, muy lejos, de ser el mejor de los mundos posibles.