Los indecisos casi representan a la cuarta parte de los votantes en Chile. Foto: Archivo/RHC
Por Guillermo Alvarado (RHC)
Unos 15 millones de chilenos están llamados a las urnas, este domingo, para elegir al futuro presidente del país, senadores y diputados al Congreso Nacional y consejeros regionales, en unos comicios considerados como los más complejos e inciertos de los últimos tiempos.
Las votaciones tendrán lugar en medio del trabajo de una Comisión Constituyente que redacta una nueva Carta Magna, destinada a sustituir la que existe desde la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y cuya puesta en vigor será tarea del próximo gobierno, sea cual sea su orientación política.
Existe también una marcada tensión en el país sudamericano por la militarización de extensas regiones de población mapuche, que reclama su derecho ancestral a las tierras entregadas a terratenientes locales o empresas transnacionales.
Siete son los candidatos a la primera magistratura, entre ellos Gabriel Boric, de la coalición Apruebo Dignidad; el ultraderechista José Antonio Kast, del Partido Republicano; Yasna Provoste, del Nuevo Pacto Social; y Sebastián Sichel, propuesto por el oficialista Chile Podemos Más.
Completan el listado Marco Enríquez Ominami, candidato del Partido Progresista; Eduardo Artés, de Unión Patriótica; y Franco Parisi, quien hizo toda su campaña desde Estados Unidos aprovechando una anomalía de las normas electorales chilenas.
El grueso de las encuestas de intención de voto sitúan a la cabeza a Boric y Kast, si bien ninguno de los dos está ni remotamente cerca de la mitad más uno del total de sufragios, por lo que la única certeza en estos momentos es que se necesitará una segunda vuelta el 19 de diciembre.
De confirmarse la tendencia marcada por los sondeos, que en ese país han cometido severos errores en sus proyecciones, habría entonces un enfrentamiento entre dos sectores diametralmente opuestos.
Boric, un político joven y sin mucha experiencia, tiene entre sus bases a un sector importante de quienes estremecieron las calles del país en las masivas protestas de 2011 y 2019, así como al Partido Comunista de Chile.
Kast, en cambio, agrupa a los nostálgicos de la dictadura de Pinochet y a quienes se beneficiaron del programa neoliberal, que sumió en la pobreza, el desempleo y la marginación a buena parte de la sociedad.
En Chile el voto es voluntario, con una abstención habitualmente muy alta, y hoy día los indecisos casi representan a la cuarta parte de los votantes, por lo que impera una gran incertidumbre que sólo se despejará durante la noche del domingo, o las primeras horas del lunes.