Photo: Prensa Latina
Por: Roberto Morejón
Entrenamientos de unidades militares en activo, los de tiro de segmentos de población incluyendo estudiantes, prácticas de extinción de incendios y de cómo responder en la economía ante desastres naturales, formaron parte de las acciones de los cubanos de los últimos días.
No se trató de una exhibición de fuerza o del derroche de los limitados recursos materiales disponibles, como expusieron en redes sociales y el llamado periodismo independiente, financiado principalmente desde Estados Unidos.
Tampoco Cuba coquetea con imaginar una guerra, según afirmó pérfidamente un titular de prensa, porque los residentes en este país trabajan cada día por mantener la paz y crear las condiciones hacia la elevación del bienestar general.
La eventualidad de una agresión externa NO constituye un espejismo sino un peligro latente, dados los 60 años de persistente hostilidad de una potencia cercana.
Precisamente, aun en medio de la pandemia por el nuevo coronavirus, la administración de Estados Unidos mantuvo el recrudecimiento del bloqueo dictado por Donald Trump, en contraste con una oratoria amparada, dice, en la fiscalización de las garantías de los derechos humanos.
Lo anterior se une a planes para fomentar la subversión, con la utilización de agentes internos para el cambio de régimen, de ahí que los cubanos opten por preservar los esquemas de salvaguardia de la nación.
Pero los entrenamientos en Cuba para la defensa contemplan además iniciativas para que la economía esté lista en la preservación de sus activos en caso de desastres naturales o accidentes.
Todos los resortes de la sociedad también deben estar maduros para una eventualidad de ese carácter, de ahí el ensayo para mitigar una alegada contingencia en el aeropuerto José Martí de La Habana.
Y tampoco es el momento de descuidar el orden interior y la labor política, cuando Cuba resiste una cruzada mediática descomunal, apoyada en las redes y la prensa corporativa.
El Ejercicio Estratégico Moncada 2021 y el Día Nacional de la Defensa han quedado atrás, pero las lecciones extraídas son muy útiles para expresarse con efectividad ante huracanes, incendios, epidemias y los nada descartados planes de intervención, como suelen recordar desde Miami connotados agentes terroristas.