Por: Roberto Morejón

Con el impacto de la Covid-19 en asociación con el recrudecimiento del bloqueo estadounidense a Cuba, se hizo más acuciante respaldar a las personas vulnerables, empeño en el que Fidel Castro dejó huellas indelebles.

Durante la crisis sanitaria por la pandemia y el obligado confinamiento, resultó imprescindible reforzar la asistencia a individuos en entornos más desfavorecidos desde los puntos de vista financiero, familiar o laboral.

En ese sentido destacaron las faenas de miles de jóvenes y de trabajadores cuyas empresas quedaron afectadas por la inclemencia del virus SARS-Cov-2.

Junto a ellos recorrieron sin descanso las comunidades los trabajadores sociales, una función robustecida por el líder histórico de la Revolución, Fidel Castro.

Desaparecido físicamente en 2016, el autor del  alegato sobre su defensa tras el asalto al cuartel Moncada, tuvo una incidencia marcada en el devenir social del país antes y después del triunfo popular de 1959.

Conocido por actuar como tenaz valedor de la ciencia y la salud, Fidel Castro destacó asimismo por el amparo a personas y sectores humildes apenas graduado como Doctor en Derecho Civil y Licenciado en Derecho Diplomático en 1950.

Medio siglo después, desde su condición de estadista, el guía de la insurrección contra la dictadura batistiana tuvo la iniciativa de fomentar el Programa de Trabajadores Sociales.

Integrado por profesionales y activistas con actuación en diversos espacios de la vida nacional, esa colectividad comenzó a vincularse a individuos, grupos y comunidades para prevenir y transformar situaciones incluso críticas.

Es cierto que ese proyecto atravesó por diversas coyunturas y que en muchos casos el país NO ha contado con los recursos materiales para cubrir todas las expectativas individuales y grupales de mejora en el nivel de vida.

Pero el propósito enaltecedor persiste, como quedó evidenciado durante la pandemia.

Ahora toma nuevos bríos en los planes del gobierno por mitigar problemas acumulados en barrios vulnerables, iniciando por La Habana.

Los trabajadores sociales deben inspirarse en el pensamiento humanista de Fidel Castro cuando ejercen sus funciones en auxilio de individuos con conductas errantes, madres solteras, ancianos solos, ex reclusos y familias con ingresos monetarios modestos.