Por: Guillermo Alvarado
La región de América Latina y El Caribe es una de las más golpeadas en el mundo por la crisis sanitaria generada por la covid-19, lo que mantiene en peligro de desaparecer a los moderados avances económicos y sociales alcanzados en las últimas décadas.
Esta es una de las conclusiones a las que arribó un estudio elaborado por varias entidades, entre ellas la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico, OCDE, y la Comisión Económica de la ONU para Latinoamérica y El Caribe, CEPAL.
La caída del Producto Interno Bruto en el área durante 2020, el primer año de la pandemia, fue del 7 por ciento, considerado histórico para esta zona, y aunque este año habrá un crecimiento de ese indicador de casi 6 puntos porcentuales, todavía no es suficiente para lograr una recuperación seria.
El texto, titulado Perspectivas Económicas para América Latina y El Caribe, señala que apenas en 2023, o quizás hasta 2024, nuestros países como promedio alcanzarán los niveles de antes de la aparición de la covid-19.
Como consecuencia de la enfermedad la pobreza y la pobreza extrema llegaron a sus puntos más altos de los últimos 20 y 12 años, respectivamente, perdiéndose así numerosos esfuerzos en la lucha contra estos flagelos.
Hay que señalar, por otra parte, que tanto la caída como la recuperación son totalmente asimétricas, lo cual significa que hay pueblos mucho más afectados que otros, por lo regular los más empobrecidos y con mayores brechas sociales y económicas.
La CEPAL y la OCDE señalaron que ya antes de la pandemia el 40 por ciento de los trabajadores no tenían ningún tipo de protección social, lo que se debe a que más de la mitad de la población económicamente activa está sumida en el sector informal, lo que la hace más vulnerable.
Todo esto trae como consecuencia un gran descontento y la pérdida de la confianza en los gobiernos, como lo demuestran las constantes protestas en numerosos países del área, que en muchas ocasiones son reprimidas con violencia por la policía.
Entre las recomendaciones, el estudio propone esforzarse por reactivar los sectores más importantes de la economía para crear empleos, abaratar los precios y mejorar la calidad de vida de las familias.
Particular importancia tiene aplicar sistemas fiscales justos y progresivos, donde contribuyan más los que más tienen, y emplear esa riqueza en mejorar los servicios públicos y satisfacer las necesidades urgentes de la población.
Son retos insoslayables ante las sombrías perspectivas que está dejando una pandemia todavía sin final a la vista.