Foto tomada de Radio Bayamo
Por Roberto Morejón (RHC)
El ALBA, Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestro América, trata de aumentar los canales para una mayor cooperación en un mundo donde prevalecen NO pocas conductas egoístas, de ahí la esperanza en el avance de la industria biotecnológica y farmacéutica en Cuba.
En medio de un agudo enfrentamiento a la pandemia por la Covid-19, los científicos cubanos desarrollaron cinco candidatos a vacunas, tres de ellos aprobados finalmente, administrados hasta ahora a más del 83 por ciento de la población.
Pero el país exhibe otros adelantos en el combate contra el SARS-Cov-2, al producir 12 medicamentos en la Industria Biotecnológica y Farmacéutica, ocho de ellos innovadores.
Aplicados en las diversas fases de la pandemia, con ellos y la abnegada y profesional labor del personal de salud, fue posible la recuperación de 99 por ciento de las personas aquejadas del padecimiento de origen respiratorio.
Con una letalidad de 0,86 por ciento ubicada entre los mejores indicadores a nivel mundial, Cuba ha auxiliado a otras naciones del ALBA y de otras latitudes en el enfrentamiento a la pandemia.
Pero en el período de extremo rigor ante la evolución de la enfermedad en casi dos años, los científicos y técnicos NO cesaron las investigaciones acerca de la potencialidad de ciertos productos tradicionales para exhibir resultados únicos.
Ellos prosiguen ensayos clínicos en la dirección apuntada y en la ampliación de los efectos positivos.
No se descarta amplificar el campo de aplicaciones de medicamentos de demanda mundial como el Heberprot-P, hasta ahora solo destinado al tratamiento del pie diabético, y la vacuna terapéutica CIMAvax-EGF, contra el cáncer de pulmón.
Hablamos solo de contadas aristas de trabajo en el campo investigativo en este país caribeño, en el que a pesar de acentuadas limitaciones por el bloqueo estadounidense, se destinan importantes recursos a la ciencia, tecnología e innovación.
Gracias a ellos, el grupo empresarial Biocubafarma tiene entre sus prioridades aumentar la calificación de la fuerza laboral, lograr la producción estable de medicamentos, algunos de ellos hoy en déficit localmente, y avanzar en negocios con inversión extranjera.
Para América Latina, la región más castigada por la pandemia, y el ALBA en específico, constituye una grata perspectiva el que Cuba desarrolle las pesquisas referidas.