La seda en el Caribe

Editado por Lorena Viñas Rodríguez
2021-12-28 07:21:35

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La Ruta de la Seda Digital forma parte de la estrategia de desarrollo tecnológico del plan Made in China 2025.

Por: Roberto Morejón

Cuba dio pasos en 2021 hacia la inserción en el ambicioso programa económico chino de la Franja y la Ruta de la Seda, en el que busca, entre otros objetivos, avanzar en el prometedor campo de las energías limpias.

Cuba y China firmaron documentos a fin de promover la iniciativa del gigante asiático, al vincularla a planes específicos de la nación caribeña en pos de su desarrollo hasta 2030.

Por primera vez se identifican esos propósitos, amparados por convenios ya existentes.

Se ha llegado hasta aquí desde 2018, cuando ambos Estados suscribieron un memorando de entendimiento sobre la participación de Cuba en la Franja y la Ruta de la Seda.

Hablamos de un pretencioso diseño de inversiones chinas en infraestructura y para el fomento de los vínculos comerciales en Asia, Europa y África, de utilidad para América Latina y el Caribe.

Los cubanos estiman que por su posición geográfica el país podría desempeñar un papel relevante en la  comunicación marítima y logística de la Ruta.

La mayor de las Antillas consideró desde un inicio la propuesta china, a la que hoy se relacionaron de alguna forma casi 145 países, como un procedimiento comercial e inversionista de interés, por su carácter inclusivo, sin violar la soberanía y desechar condicionamientos.

Todo lo contrario de lo afirmado en la prensa hegemónica, la cual se refiere a la Franja y la Ruta de la Seda como una herramienta de China para, según describe, alcanzar ventaja en su disputa comercial con  Estados Unidos.

Sin embargo, Argentina, dispuesta a cooperar con la iniciativa de la Franja, y Cuba aprecian favorablemente la apuesta de Beijing.

Representantes de la nación antillana subrayaron durante 2021 que la plataforma de entendimiento enarbolada por el gigante asiático define para bien los objetivos, principios y campos de cooperación, entre ellos, comercio e integración financiera.

A partir de las conversaciones realizadas, las dos partes valoraron la posibilidad de relacionarse en el turismo, telecomunicaciones, ciencia y tecnología, alimentos, biomedicina y las energías renovables.

Los pueblos latinoamericanos y caribeños toman nota de que en ocho años de existencia, el programa de la Franja y la Ruta de la Seda tiene aciertos, como un enlace ferroviario entre China y Laos y el trazado de carreteras y rutas marítimas para llegar a otros continentes.



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