Imágen: Archivo.
Por: Roberto Morejón
Ni el proceso de vacunación, mediante el cual 87 por ciento de los cubanos recibió tres dosis de Abdala o Soberana, ni la afirmación de que ómicron es más contagiosa, pero menos letal, debe suscitar la creencia de que en esta nación caribeña la pandemia pasó.
La confianza en demasía puede conducir a situaciones más complejas que la actual, cuando Cuba enfrenta una nueva oleada de casos de Covid-19.
Después de reducir hasta a menos de un centenar de infecciones diarias, el país caribeño ha rebasado la barrera de las dos mil, cuando expertos matemáticos y de otras áreas del saber auguran el sostenimiento de la tendencia.
Lo anterior ocurre mientras la nación prosigue su apertura de fronteras y de actividades económicas esenciales, indispensables para conquistar el desarrollo aspirado, y vencer no pocas de las dificultades cotidianas, como las del insuficiente surtido en establecimientos comerciales.
Igualmente resulta vital proseguir con el año lectivo, afectado por anteriores confinamientos obligatorios por el alza de la Covid-19, aunque en aquellos momentos la mayor de las Antillas no tenía la primacía de contar con la inmunización.
En ese punto del análisis es donde aparece la peligrosa faz del exceso de confianza, como ocurrió a fines del año 2021, oportunidad en la que algunos cubanos creyeron, erróneamente, que las circunstancias eran favorables para el asueto sin bridas.
Atinadamente, las autoridades han adoptado adicionales disposiciones higiénico-sanitarias tanto internas como para el recibimiento de visitantes por puertos, aeropuertos y aduanas, con vista a atemperar las posibilidades de que la variante ómicron, y otras, provoquen escenarios más confusos.
No por casualidad, el Ministerio de Salud Pública instruyó concentrarse en la atención primaria, para lograr un buen ingreso domiciliario de las personas diagnosticadas positivas.
Los aliados de los cubanos siguen siendo la mascarilla, desinfección oportuna, distanciamiento físico, moderación de contactos entre individuos y las salidas al exterior de la vivienda solo por razones laborales, estudio o personales justificadas.
La mesura, No sobrevalorar las prerrogativas disponibles y estar atentos a las informaciones y advertencias de científicos y cuerpo de salud resultan vitales ante un nuevo rebrote del indeseable adversario de origen respiratorio.