Por María Josefina Arce
Constante ha sido el llamado del gobierno cubano de cuidar a las personas más vulnerables, una exhortación reiterada por el presidente Miguel Díaz Canel, ante la incidencia de la COVID 19. Y son los niños uno de los sectores poblacionales que ha centrado la atención de las autoridades, personal sanitario y de nuestra comunidad científica.
En ese camino de protegerlos de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, Cuba se convirtió en el primer país del mundo en desarrollar una campaña de vacunación en edades pediátricas, con inmunos propios de probada eficacia y seguridad, gracias a la voluntad política del gobierno y a la alta preparación y dedicación de nuestros investigadores.
Hoy podemos decir que todos los niños y adolescentes de 2 a 18 años han sido exitosamente inmunizados con Soberana 02, un fármaco pensado desde sus inicios para los infantes de la nación y al que dio vida el prestigioso Instituto Finlay de Vacunas.
En total un millón 600 mil menores han recibido dos dosis de Soberana 02, más una de Soberana Plus en intervalo de 28 días.
María Eugenia Toledo, investigadora principal de ensayos clínicos de Soberana 02, afirmó que la decisión de vacunar a los infantes estuvo avalada por años de historia y prestigio del desarrollo de inmunógenos para los más pequeños.
No olvidemos que en Cuba desde 1962 se efectúan campañas de vacunación que han permitido que algunas enfermedades ya no estén presentes en el territorio nacional y otras no sean un problema de salud. En la actualidad ocho de los 11 fármacos que se aplican se producen en nuestro país.
Cuba alcanza una cobertura superior al 98% en todas las vacunas, lo que resulta en un elevado nivel de inmunización de la población, un logro reconocido por organismos internacionales como las Organizaciones Mundial y Panamericana de la Salud.
Primera campaña de vacunación mundial, a niños por debajo de 12 años, contra la COVID-19.
En esta ocasión han vuelto a quedar demostrados los vastos conocimientos de los científicos cubanos. En ningún caso durante la campaña de vacunación contra la COVID 19 se observaron reacciones graves, ni afectaciones al corazón como miocarditis y pericarditis, que se han detectado en otras naciones.
Y un detalle sumamente importante es que luego de concluido el proceso no se reportaron niños fallecidos en el estado caribeño.
Pero los científicos cubanos van por más y no se detienen en su propósito de proteger a todos los segmentos poblacionales, dada la permanencia en Cuba y el mundo de la COVID 19, ahora con una nueva variante Ómicron, que aunque menos letal es muy contagiosa.
El reconocido Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología trabaja sin descanso en un estudio clínico del inmunógeno Abdala en menores de dos años de edad. De ese modo se tendrá cubierta a toda la población, aunque, como han reiterado las autoridades, hay que mantener la observancia de las medidas higiénico sanitarias.
El Héroe Nacional de Cuba, José Martí, quien amó a los infantes y creó para ellos bellas páginas, escribió en una ocasión: "Para los niños trabajamos... porque los niños son la esperanza del mundo", y ese pensamiento martiano ha guiado desde enero de 1959 a Cuba, que protege y garantiza los derechos de los menores.