Amal Nakhleh, joven refugiado de Palestina
Por: Roberto Morejón
Entre los centenares de niños y adolescentes palestinos prisioneros en Israel figura Amal Nakhleh, víctima de la socorrida modalidad de detención administrativa, sin que la prensa corporativa internacional denuncie su caso o el de los restantes enclaustrados.
Amal fue conducido a un campamento de refugiados de la ocupada Cisjordania y se erigió en el menor de edad que más tiempo lleva encerrado bajo el citado procedimiento.
Si bien un juez israelí admitió no tener evidencias para condenar al reo, la inteligencia del Estado negó la liberación con el argumento de poseer un expediente secreto en su contra.
Familiares y amigos consideran que las autoridades de Tel Aviv renovaron sucesivamente la detención de Amal hasta que cumpliera 18 años, el 18 de enero, para tratarle como adulto.
La maniobra no constituye una arbitrariedad fortuita, pues el régimen sionista detiene cada año a centenares de niños y adolescentes palestinos.
Así lo denuncian familiares y entidades como la Sociedad Palestina de Prisioneros y la rama palestina Defensa para los Niños Internacionales.
De acuerdo con los pocos reportes filtrados, Israel arrestó a más de mil cien menores de edad palestinos en los primeros 10 meses de 2021, a la mayoría de los cuales mantuvo en ambientes inhumanos.
Resultados de encuestas y otros informes revelan que los menores y jóvenes capturados en Cisjordania y en Jerusalén oriental han sufrido golpes, apremios verbales y registros humillantes.
Las víctimas refieren su experiencia en las mazmorras israelíes como torturadora y deshumanizante.
Como es de suponer, los vejámenes tienen severos impactos en la vida de todos, sometidos ilegalmente a la ley militar.
A ellos los privan de la prerrogativa de asistir a las escuelas y contar con tratamientos médicos si lo requieren, en una arista más de la ferocidad de la represión del régimen sionista en Palestina usurpada.
De ahí que el caso de Amal Nakhleh sea doloroso, aunque nada aislado, pero “escapa” a la observación supuestamente inquisitiva del Departamento norteamericano de Estado.
Washington se cuida mucho de importunar a su más estrecho aliado en Oriente Medio.
Por el contrario, Estados Unidos concibe fábulas sobre supuestas violaciones de los derechos humanos en otros países, sobre todo en aquellos negados a admitir imposiciones de la nación norteña.