Por: Guillermo Alvarado
Comicios bastante atípicos, con la extraordinaria cantidad de 25 aspirantes a la primera magistratura en un país.
Costa Rica abrirá mañana domingo el calendario electoral latinoamericano de este año, tras una campaña que no logró despertar el entusiasmo de los ciudadanos y donde la única certeza es que se necesitará una segunda vuelta para definir quién será el futuro presidente de la nación centroamericana.
En realidad se trata de unos comicios bastante atípicos, con la extraordinaria cantidad de 25 aspirantes a la primera magistratura en un país con 5,2 millones de habitantes, de los que 3,5 millones están legalmente habilitados para emitir el sufragio.
Hay candidatos que son virtualmente desconocidos en la mayor parte del territorio nacional, al punto de que no llegan al uno por ciento en los sondeos de intención de voto y, sin embargo, se mantienen en la competencia por razones realmente desconocidas.
Con algunas posibilidades aparecen pocos políticos, entre ellos el expresidente José María Figueres, el predicador evangélico Fabricio Alvarado, que perdió hace cuatro años ante el hoy mandatario, Carlos Alvarado, y la antigua vicepresidenta Lineth Saborío.
Ninguno de ellos rebasa el 17 por ciento de apoyo en las encuestas, bastante lejos de los 40 puntos necesarios para ganar.
Así pues, los dos que obtengan la mayor cantidad de sufragios este domingo se volverán a encontrar el 3 de abril, fecha en que está programada la ronda definitiva.
Es un proceso que obviamente tiene una gran importancia para ese pueblo, pero con un escaso impacto en las relaciones regionales, a diferencia de los otros dos que se celebrarán en 2022.
Siguen a continuación las presidenciales de Colombia, cuya primera vuelta será el 29 de mayo y un eventual repechaje ocurrirá el 19 de junio.
Las votaciones ocurrirán en medio de un profundo desgaste del partido Centro Democrático, fundado por Álvaro Uribe y al que pertenece el actual gobernante, Iván Duque, afectado por una imparable violencia y el deterioro de las condiciones de vida de buena parte de la población.
Ante ese panorama se ha fortalecido la figura de Gustavo Petro, quien podría convertirse en el primer candidato de izquierda en ganar la presidencia en el país sudamericano.
Muy interesante es también el caso de Brasil, donde se anticipa el 2 de octubre un duelo entre Lula da Silva, favorito en los sondeos sin haber confirmado su candidatura, y Jair Bolsonaro, o el decida la cúpula de la derecha.
Como se ve, Costa Rica es un aperitivo, pero el plato fuerte estará en el sur de nuestro continente.