Prensa latina
Por María Josefina Arce.
El gobierno del presidente Luis Arce viene marcando la diferencia, luego del golpe de estado de 2019 que echó por tierra los avances registrados en Bolivia bajo el mandato del MAS, Movimiento al Socialismo, en ramas esenciales como la salud.
En las últimas horas la población recibió la buena noticia de que gracias a la voluntad política de la nueva administración ya se puede realizar en la nación suramericana el trasplante de médula ósea para niños con cáncer, por demás gratuito.
El Hospital del Niño en La Paz ya cuenta con los equipos y profesionales del área para llevar a cabo esa intervención quirúrgica, que antes significaba un gasto de cien MIL dólares para las familias que debían viajar al exterior.
El gobierno viene trabajando por fortalecer el SUS, Sistema Único de Salud, puesto en marcha bajo el anterior mandato del MAS para brindar asistencia universal y gratuita a los ciudadanos que no cuentan con un seguro y que fue totalmente abandonado por las autoridades golpistas.
De hecho la autoproclamada presidenta Jeanine Áñez y su gabinete tuvieron una pésima gestión en todos los ámbitos y en especial ante la emergencia sanitaria mundial por la COVID 19. El duro confinamiento y la represión contra los bolivianos que se vieron desprotegidos y sin ayuda estatal caracterizó el enfrentamiento a la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.
Bolivia vivió momentos difíciles. Los casos y decesos eran imparables. Las personas morían en las calles y se habilitaron fosas comunes. El personal sanitario no contaba con medicamentos, ni medios para protegerse. Los pueblos indígenas quedaron totalmente desprotegidos.
Incluso se registraron escándalos de corrupción como la compra a sobreprecio de respiradores artificiales destinados a los enfermos del virus y que no cumplían con los parámetros necesarios para su uso en las salas de cuidado intensivo.
Desde su asunción en noviembre de 2020 Arce y su ejecutivo se volcaron de lleno a dar una respuesta adecuada a la pandemia. El enfrentamiento a la dolencia se ha sustentado en tres pilares, el diagnóstico masivo para brindar una rápida atención al enfermo y evitar la propagación, coordinación con los gobiernos regionales para la adopción de medidas de acuerdo al comportamiento de la enfermedad en los distintos territorios y la vacunación.
En ese camino se gestionó la adquisición de pruebas diagnóstico y la compra de vacunas para la protección de todos los bolivianos, en especial de los más vulnerables y del personal de la salud.
El estado ha hecho grandes erogaciones para brindar una asistencia de calidad e inclusiva.
Es así que se han mantenido estrechos contactos con las comunidades indígenas. No solo se les ha hecho entrega de fármacos y otros insumos médicos, sino que se les ha escuchado para conocer sus necesidades específicas.
El presupuesto del estado desde que Arce llegó a la presidencia contempla fondos para concluir la construcción de hospitales iniciada bajo el anterior mandato del MAS y que el golpe paralizó.
El actual gobierno boliviano ha hecho de la salud y bienestar de sus ciudadanos una prioridad, y trabaja en aras de que nadie quede sin recibir la atención médica necesaria.