Foto:El Comercio Perú
Por: Guillermo Alvarado
Tras las recientes elecciones regionales en la comunidad de Castilla y León, la más extensa y la más afectada por la despoblación en España, el partido de extrema derecha VOX podría por primera vez en su historia pasar a formar parte de un gobierno en el país europeo.
Hasta ahora la organización de corte neofascista había utilizado sus crecientes resultados en apoyar legislativamente a agrupaciones afines, principalmente al Partido Popular, PP, pero nunca tuvieron la oportunidad de ser parte de un ejecutivo local.
Esta vez, sin embargo, brincó de uno a 13 diputados y se convirtió en la bisagra para que el conservador Alfonso Fernández Mañueco consiga mantenerse como presidente regional, tras alcanzar 31 escaños, de los 41 que otorgan la mayoría absoluta en el parlamento de Castilla y León.
Los comicios en esa comunidad fueron una debacle para el Partido Socialista Obrero Español, PSOE, que perdió cinco puntos y se quedó prácticamente sin aliados porque Unidas Podemos apenas consiguió un diputado.
El partido Ciudadanos siguió su camino a la extinción al bajar de 12 asientos en las cortes a uno solo. Curiosamente los votos que perdió no beneficiaron a su homólogo de derecha PP, sino que fueron a parar a VOX.
Ya el extremista Santiago Abascal puso precio al apoyo a Fernández Mañueco y es la vicepresidencia regional, desde donde tendría la oportunidad de comenzar a poner en práctica sus ideas.
La ideología de VOX incluye eliminar el derecho al aborto, criminalizar a los migrantes y borrar el proyecto de Memoria Histórica, que compila los crímenes cometidos durante la dictadura de Francisco Franco.
También niega los efectos del cambio climático, se opone a castigar la violencia machista, busca disolver la Unión Europea y rechaza de plano el matrimonio igualitario.
Como he dicho en comentarios anteriores, la extrema derecha española también se propone formar un frente neofascista en América Latina y El Caribe, región que busca recolonizar bajo el amparo del absurdo proyecto de una supuesta “iberoesfera”.
Los resultados que obtuvo este grupo político en Castilla y León se suman a los de Andalucía en 2018, cuando se alzó con 12 de los 105 escaños del Parlamento regional, gracias a los cuales el PP despojó del poder al PSOE.
Ahora Abascal, el líder de VOX, se prepara con este impulso para tratar de dar el gran salto en las elecciones generales del año próximo. Un triunfo allí pondría en peligro no sólo a España, sino a toda la Unión Europea, algo que las mentes sensatas del país ibérico no pueden perder de vista.