Revoluciones de colores, Made in USA.
Por: Guillermo Alvarado
El reconocimiento por Rusia de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, el envío de tropas para garantizar la paz en esos territorios y la operación militar especial contra arsenales de Ucrania, repletos de armas occidentales, levantaron una ola de furibundas declaraciones.
Jefes de Estado o de gobierno, líderes de organizaciones internacionales y varias personalidades rasgan sus vestiduras y condenan con dureza a Moscú y al presidente Vladimir Putin, pero muy pocos recuerdan en estos momentos que serpiente puso el huevo de donde nació esta crisis.
Con el propósito de refrescar la memoria dedicaré varios trabajos a estos antecedentes, ubicados por muchos en los acontecimientos de la Plaza Maidán, de Kiev, en 2014 cuando se derrocó a Víctor Yanukovich, pero que se gestaron casi desde la disolución de la Unión Soviética en 1991.
Entre 2000 y 2005 varios países ex soviéticos, pero que permanecían cercanos a la Federación Rusa, sufrieron las llamadas “revoluciones de colores”, aparentemente populares y no violentas, que formaron parte de un proyecto elaborado en Estados Unidos y ejecutado con ayuda de la Unión Europea.
El objetivo fue instalar regímenes pro norteamericanos en Serbia, Georgia, Ucrania y Kirguistán, entre otros.
De esta manera en Serbia se derrocó al gobierno de Slobodan Milosevic y se creó allí un sitio de adiestramiento internacional, el Centro de Estrategias y Aplicación de Acciones no Violentas, CANVAS por sus siglas en inglés, del que hablé en comentarios publicados el 12 y el 15 de febrero de 2019.
Dije entonces que “CANVAS se fundó en Belgrado en 2004 luego de analizar y sintetizar toda la experiencia recogida durante los disturbios que llevaron al derrocamiento del presidente Milosevic en el año 2000…”
Uno de sus instructores, Iván Marovic, declaró a la revista Política Exterior que "las revoluciones (de colores) son a menudo vistas como espontáneas... Parece como si la gente simplemente salió a la calle. Pero es el resultado de meses o años de preparación”.
“Si se planifica cuidadosamente, para el momento en que empiezan, todo ha terminado en cuestión de semanas”, agregó.
Respecto al tema del dinero precisé que: “¿de dónde salen los recursos para mantener este centro? No de Serbia, por supuesto, ni de la Unión Europea. La mano que mece la cuna, mis amigos, es la de la Fundación Nacional para la Democracia, es decir la CIA o, más exactamente Estados Unidos”.
En ese sitio fueron adoctrinados muchos “líderes” captados en Europa y otros lugares, incluida América Latina, para favorecer los intereses hegemónicos de Washington y es precisamente una de las cunas donde se incubaron los acontecimientos que llevaron a una enérgica acción de Rusia para defender sus fronteras y su seguridad. Seguiré con el tema.