Retorno a Somalia

Editado por Maite González
2022-05-19 06:38:34

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Ismail Taxta / EP

Por: Guillermo Alvarado

El gobierno de Estados Unidos anunció el retorno permanente de un grupo de militares a Somalia, con el pretexto de contribuir con las autoridades de ese país africano a combatir a los grupos extremistas, así como garantizar la estabilidad en una zona sumida en el caos y azotada por el hambre.

La administración del expresidente Donald Trump ordenó en diciembre de 2020, poco antes de terminar su mandato, el retiro de todos los efectivos acantonados allí, aunque a lo largo de 2021 y los primeros meses de este año entraban a realizar misiones de combate y volvían a salir.

El restablecimiento de una tropa con alrededor de 500 soldados y oficiales coincide con la elección reciente de Hassan Sheikh Mohamud, como nuevo presidente somalí, luego de numerosos aplazamientos de los comicios debido a la volátil situación social y política.

Somalia forma parte del llamado “Cuerno africano”, en la parte más oriental de ese continente, con fronteras con Etiopía, Yibutí y Kenia y una población de poco más de 16 millones de personas.

El brutal régimen colonial europeo fragmentó al país a tal grado que desde su independencia, en 1960, ha conocido muy pocos años de estabilidad y su economía es muy frágil, basada en la agricultura no industrializada.

Con el pretexto de una grave crisis en 1992 se realizó allí una intervención “humanitaria”, una acción que viola la Carta de la ONU porque desconoce la soberanía nacional al permitir el desembarco de tropas extranjeras para tomar el control de la situación.

La operación fue un fracaso debido a que se basó en el supuesto de que los somalíes eran incapaces de resolver sus propios problemas y, además, sólo se coordinó con dos grupos en el país y se dejó fuera a las otras fuerzas.

Algunos recordarán la denominada “batalla de Mogadiscio”, ocurrida el 3 de octubre de 1993, cuando tropas leales a Mohamed Farrah Aidid atacaron en esa ciudad a soldados estadounidenses, de los que 19 murieron, 73 fueron heridos, se derribaron dos helicópteros y otros fueron dañados.

Aunque el entonces presidente William Clinton ordenó la salida temporal de sus militares tras este revés, la ocupación internacional se mantuvo, así como la guerra interna que no se ha solucionado definitivamente.

Somalia no sólo vive ese azote. Una intensa sequía, que afecta a toda la región, además de una prolongada plaga de langostas, provocaron la pérdida de las cosechas y millones de personas están al borde de la hambruna.

Son problemas que no se resuelven con tropas o balas, sino con ayuda efectiva para el desarrollo económico y social, que cure las cicatrices que dejaron la colonia y la esclavitud y amplíe los horizontes de la población.



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