Por María Josefina Arce.
Aunque en Cuba niños y jóvenes tienen garantizados los más elementales derechos humanos, se hace necesaria una visión más amplia y abarcadora de la atención a este segmento poblacional que tenga en cuenta sus necesidades y el contexto del país, con una compleja situación económica, tras dos años de pandemia de COVID 19 y el recrudecimiento del bloqueo estadounidense.
Sobre este vital asunto ha insistido el presidente cubano, Miguel Díaz Canel, quien ha afirmado que "tenemos que buscar que encuentren su proyecto de vida en el país, y tenemos que hacer cosas para los jóvenes que están en Cuba y también para los que tenemos fuera, con los cuales hay que mantener una relación."
En ese camino se trabaja desde hace meses en la elaboración de la Política Integral para la Atención a jóvenes y niños, una propuesta formulada en febrero pasado por la Academia de Ciencias de Cuba a la máxima dirección del país.
La propuesta, muy bien acogida por las autoridades, contempla cuestiones relacionadas con la salud, educación, empleo, cultura, deporte, recreación y viviendas, entre otras.
Brindarles posibilidades de desarrollo de sus capacidades es el objetivo de esta estrategia, que abarca a las personas comprendidas desde su nacimiento hasta los 30 años, con distinciones que permitan atender a los diferentes grupos etarios de acuerdo con sus especificidades.
Y aunque en esta importante tarea participan ministerios, instituciones, centros de investigación y organizaciones de la sociedad civil, es esencial la opinión de las nuevas generaciones para las cuales se conforma esta política.
Para conocer sus principales intereses y necesidades se lleva a cabo una consulta vía digital que abarca a todas las provincias cubanas y se desarrolla en todos los niveles educativos y centros laborales tanto del sector estatal como de los nuevos actores económicos.
También son consultados jóvenes desvinculados del estudio y trabajo, pues se hace necesario indagar sobre las causas de esta situación y poder buscar alternativas, trazar estrategias en esta política que den una respuesta válida.
Es una prioridad buscar elementos de reinserción más efectivos. Es un gran desafío para Cuba, un país envejecido, y donde los jóvenes tienen un peso importante en el futuro y además, han mostrado su valía en el presente.
Keyla Estévez García, directora del Centro de Estudios sobre la juventud, en declaraciones al diario Juventud Rebelde expresó su convicción de que niños y jóvenes van a enriquecer la política de atención integral, que sus propuestas pueden tener más creatividad y más focalizadas en sus prioridades.
Aunque en complejas condiciones, con problemas acumulados, hay voluntad y deseos de trabajar para diseñar una política de Atención Integral a jóvenes y niños, que tenga en cuenta todos los contextos y que tributen a la realización de sus proyectos individuales y a su activa participación en los procesos económicos y sociales de la nación.