Por: Guillermo Alvarado
El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, atraviesa por estos días una profunda crisis política que lo orilló a renunciar al cargo, antes de enfrentar un nuevo pedido de destitución en el Parlamento, donde su prestigio está prácticamente por debajo del nivel del suelo.
Recientemente el jefe de gobierno sobrevivió a una coyuntura muy parecida, cuando el partido Conservador, al cual pertenece, decidió darle una nueva oportunidad, a pesar de que evidentemente mintió sobre su participación en fiestas que estaban prohibidas por la pandemia de covid-19.
Fue realmente una victoria pírrica y para muchos estaba muy claro de que sólo era cuestión de tiempo para que llegaran nuevos cuestionamientos, como está ocurriendo en estos días, sólo que ahora con ribetes muy graves porque parte de su equipo prefirió bajarse del barco.
Sucede que quince miembros de su gobierno, entre ellos los ministros de Salud, Sajid Javid, y de Finanzas, Rishi Sunak, presentaron su dimisión con el argumento de que hay “una total falta de confianza” en Johnson.
Además, el secretario de Estado para la infancia y la familia, Will Quince, afirmó "no tener otra opción" tras haber transmitido en los medios informaciones proporcionadas por la oficina de Johnson "que resultaron ser inexactas".
Una gota que rebalsó el vaso de la indignación fue el escándalo protagonizado por Chris Pincher, quien fue nombrado para un importante cargo por el primer ministro y debió abandonarlo por mantener una conducta impropia bajo los efectos del alcohol durante una noche de juerga.
El problema es que ya había antecedentes sobre esta persona y aun así se le promovió, lo que obligó a Johnson a pedir disculpas, una vez más.
La posición del alto funcionario llegó a ser precaria, en medio de crecientes protestas de la población por la escasez de productos básicos y el encarecimiento ocasionado por la elevada inflación.
Durante los últimos días hubo huelgas en el transporte público, se cancelaron numerosos vuelos en época de vacaciones y hay señales de paros en los sectores de la salud y la educación.
No obstante, Boris Johnson trató hasta el último momento de seguir en el cargo, pero eso era algo que cada vez dependía menos de él y las primeras noticias de este jueves es que hoy entregará su dimisión, que será efectiva en el próximo otoño.
Finaliza así un gobierno que comenzó con un gran apoyo, pero cuya errática conducta lo condujo en poco tiempo hasta el borde del abismo.