Por: Roberto Morejón
La compra de divisas por el sistema bancario constituyó uno de los temas obligados de los cubanos en sus conversaciones, a la espera de que el procedimiento junto a otras casi 70 disposiciones ayuden a potenciar la economía, en medio de un acentuado déficit de productos en el mercado local.
Los bancos comenzaron a comprar dólares y otras monedas fuertes a tasas superiores a la oficial, en lo que fue expuesto por las autoridades como el inicio de la implementación del mercado cambiario, aclarando que este formalmente no puede establecerse aún.
El viceprimer ministro y titular de Economía y Planificación Alejandro Gil insistió en que una de las cuestiones principales con vistas a concretar la recuperación de la economía radica en el incremento de los flujos de divisas a las arcas públicas.
Precisamente, en una economía abierta como la de esta nación antillana resulta estratégica ese tipo de moneda, pero las reservas están por debajo de lo requerido por el recrudecimiento del bloqueo estadounidense y gastos del enfrentamiento a
Se trata de una de las razones, junto a otras que no excluyen insuficiencias internas, que explican el desabastecimiento presente, por lo cual resulta espinoso a los cubanos conseguir alimentos, al margen de la canasta básica.
En opinión de directivos de la mayor de las Antillas, ante una férrea presión externa de Estados Unidos y el impacto de la crisis internacional agravada por el conflicto en Ucrania, se hace imperativo encontrar soluciones a los problemas que dependan de los esfuerzos propios.
En ese contexto se inscribe la fase inicial hacia el futuro establecimiento de un mercado cambiario y la captación de divisas entradas al país, absorbidas por el mercado informal.
El gobierno explicó que el propósito cardinal es disponer de un financiamiento para junto al efecto de las otras medidas en ejecución, lograr el aumento de las ofertas en moneda nacional y evitar la dolarización.
Con las divisas vendidas por las personas, visitantes y entidades económicas se espera crear condiciones para elevar los niveles de consumo, hoy deprimidos.
La brújula económica señala que debe hacerse lo factible para que el peso cubano adquiera su valor y que la economía opere con ese signo monetario mediante un tipo de cambio que asegure su fortaleza y convertibilidad.
Se trata de una aspiración que todavía el país está lejos de concretar, aunque apela a la compra de divisas por el sistema bancario para acortar el camino.