Por María Josefina Arce.
Hoy, 12 de agosto, es el Día Internacional de la Juventud, en la que el líder histórico de la revolución cubana siempre depositó su total confianza. Fidel Castro dejó clara su " convicción profunda de que sobre los hombros de la juventud se pueden depositar grandes tareas."
Y no se equivocaba Fidel. Las nuevas generaciones han librado en los últimos tiempos intensas batallas en distintos frentes, con total responsabilidad y compromiso con el país.
Dos lamentables y dolorosos sucesos, con apenas tres meses de diferencia, han puesto a prueba la capacidad de respuesta de quienes el Héroe Nacional José Martí llamó los pinos nuevos.
Ante la explosión en el Hotel Zaratoga, en La Habana, y el intenso incendio en la zona industrial de Matanzas, los más jóvenes como parte de los bomberos, rescatistas, personal sanitario y estudiantes de Ciencias Médicas no han dudado en poner en riesgo sus vidas para proteger a sus compatriotas.
Tampoco han titubeado los profesionales de la prensa que han estado, hora tras hora, en los lugares de estos dolorosos accidentes para mantener todo el tiempo informada a la población.
No olvidemos que imprescindibles fueron los estudiantes de Ciencias Médicas en el enfrentamiento a la COVID 19. Día tras día participaron en las pesquisas en los barrios para detectar posibles casos, garantizar su rápida atención médica y evitar la propagación del virus.
Estuvieron presentes, junto a otros estudiantes universitarios, en los centros de aislamiento habilitados a lo largo y ancho del territorio nacional, desempeñado la tarea que fuera necesaria.
Prestaron todo su apoyo en las comunidades a las personas de la llamada tercera edad, más susceptibles de contraer la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, ante determinados factores de salud.
Asumieron en los distintos centros laborales para que los más vulnerables estuvieran seguros en sus hogares. Gracias a su disposición no se detuvieron tareas esenciales de la economía y las comunicaciones.
Pero además, es joven buena parte de nuestro personal de la salud, siempre en primera línea, y de los laboratorios dónde diariamente se analizaban las pruebas para determinar la presencia o no de la enfermedad en los posibles casos.
Con su heroísmo, seriedad, pero también con su habitual entusiasmo, los jóvenes cubanos han demostrado que con ellos se puede contar, aún en las más complejas y riesgosas situaciones. Han dejado bien claro que Fidel Castro no estaba equivocado cuando subrayó "Creo en ustedes."