Por María Josefina Arce.
Hombres como Fidel Castro trascienden su época y las fronteras del país donde nacen. Nunca mejor expresado que en las palabras del fallecido presidente venezolano, Hugo Chávez, cuando sentenció que "Fidel no le pertenece solo a Cuba, le pertenece a este mundo nuestro, a esta América nuestra..."
El líder histórico de la revolución cubana dejó un gran legado a todos los hombres y mujeres amantes de la paz y la dignidad humana. Nos enseñó a no rendirnos, a perseguir nuestros sueños por inalcanzables que parezcan.
Fidel fue un claro ejemplo de esa tenacidad. Como el Héroe Nacional de Cuba, José Martí, de cuyo ideario se nutrió su pensamiento y accionar, siempre estuvo al lado de los más humildes, por quienes batalló en todas las tribunas.
Siempre vislumbró que es posible un mundo mejor para todos, con justicia social, sin desigualdades. Y con empeño trabajó en ese camino. Su voz no solo se alzó para defender los derechos de todos los pueblos, sino que llevó a la práctica ese compromiso con la humanidad.
Con el humanismo y solidaridad que impregnó a la revolución cubana, compartió con ciudadanos de todo el mundo los avances de Cuba en importantes esferas como la salud, educación y biotecnología.
Gracias a ese altruismo, muchas personas humildes pudieron recibir por primera vez atención médica en recónditos lugares de la geografía mundial y jóvenes de familias de escasos recursos formarse en territorio cubano como profesionales de la salud.
En materia sanitaria, los pueblos de América Latina se han beneficiado igualmente de otra iniciativa de Fidel, concebida junto a Chávez, la Misión Milagro, que ha permitido recuperar la visión a incontables latinoamericanos. Cuba puso a disposición de esas personas sus recursos humanos y materiales.
Posteriormente y con la ayuda venezolana comenzaron a replicarse por la región los centros oftalmológicos, asesorados por personal cubano.
Igualmente con la solidaria asistencia de Cuba se llevó a cabo el estudio de las personas en situación de discapacidad y que por ejemplo, en Ecuador se llamó "Manuela Espejo", en Nicaragua "Todos con voz" y en Bolivia "Moto Méndez".
Este estudio permitió en esas y otras naciones estructurar planes de atención especializada y hacer llegar ayuda material a esas personas.
Meritoria fue su contribución a garantizar un derecho humano también fundamental como la educación. Por sugerencia de Fidel pedagogos cubanos dieron vida al método de alfabetización "Yo sí puedo" , que llegó incluso, hasta naciones más desarrolladas.
Fidel Castro fue un hombre excepcional, de un gran altruismo y sensibilidad, que nos enseñó a enfrentar cualquier adversidad, a levantarnos y seguir luchando, por eso para los cubanos y ciudadanos de todo el mundo el 13 de agosto, día en que nació en Birán, en la actual provincia de Holguín, es una fecha memorable.