Por María Josefina Arce.

Colombia y Venezuela vuelven a reencontrarse, luego de años de tensiones y desencuentros. El nuevo gobierno de Bogotá, presidido por Gustavo Petro, ha apostado por la paz y buenas relaciones con la vecina nación, con la que comparte 2200 kilómetros de frontera, intereses e historia.

Uno de los primeros pasos  ha sido retomar los nexos diplomáticos, rotos desde 2019 cuando el entonces mandatario colombiano Iván Duque reconoció al cabecilla opositor Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela.

Inconstitucional fue la declaración de Guaidó, que contó con el beneplácito de Estados Unidos y desconocía la voluntad del pueblo venezolano de ratificar en las urnas a Nicolás Maduro como el legítimo presidente del país suramericano.

Sin embargo, Duque persistiria en su actitud, bajo su mandato se utilizó el territorio colombiano para diversas acciones provocadoras y agresivas contra los venezolanos. No olvidemos el concierto efectuado en la frontera común, con el pretexto de llevar ayuda a Venezuela, ante una supuesta crisis humanitaria.

Un año después, en 2020, tenemos la Operación Gedeón, con el desembarco en suelo venezolano de mercenarios, entrenados en territorio colombiano, que tenían el objetivo de capturar a Maduro.

Pero la llegada de Petro ha marcado la diferencia, ha traído un cambio radical. Ya durante su campaña para las elecciones generales de este año, el actual inquilino de la Casa de  Nariño había afirmado que no tenía ningún sentido que dos naciones con tantos intereses se perjudicaran mutuamente.

De ahí que otro paso en el acercamiento entre los dos estados, será la reapertura, el venidero lunes 26, de la frontera común. Igualmente se reanudarán la conexión aérea y el transporte de carga.

Una decisión que favorecerá el desarrollo de los vínculos económicos y el intercambio comercial, muy activo años atrás y que beneficia a los pobladores de ambos lados.

Asimismo, a petición de Bogotá, aceptó Caracas ser garante en el futuro diálogo de paz entre el gobierno de Petro y el guerrillero Ejército de Liberación Nacional.

Pasos concretos dan Colombia y Venezuela en el camino del diálogo y la paz. Existe una manifiesta voluntad de ambos gobiernos por retomar los vínculos entre dos pueblos amigos.