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Por María Josefina Arce

El seis de octubre es una fecha que duele. Cuba no olvida  a sus hijos víctimas del terrorismo. Ese día de 1976 explotaba en pleno vuelo un avión de Cubana de Aviación, segando la vida de las 73 personas a bordo. 

El Crimen de Barbados estremeció a Cuba, que nunca dejó de denunciar la impunidad de los autores intelectuales del atentado terrorista, en el que perdieron la vida 57 cubanos, cinco norcoreanos y 11 guyaneses que viajaban a nuestro país para estudiar medicina.

Orlando Bosh y Luis Posada Carriles los organizadores de tan vil crimen nunca respondieron ante la justicia, a pesar de que existian pruebas irrefutables de su vinculación con ese execrable hecho y con la CIA, Agencia Central de Inteligencia, de Estados Unidos.

De hecho los autores materiales, Hernán Ricardo y Freddy Lugo, de nacionalidad venezolana, admitieron haber trabajado para Posada Carriles y haber sido entrenados por la CIA.

Diversas administraciones estadounidenses protegieron a los culpables. Se negaron incluso, a extraditar a Posada Carriles a Venezuela, para responder por ese hecho, y donde además, había torturado a varios detenidos cuando actuaba en la nación suramericana en la década del 70 del siglo pasado como comisario de la policía política

Tranquilamente murieron ambos terroristas en la ciudad estadounidense de Miami, donde desde el triunfo de la revolución cubana, en enero de 1959, se han refugiado elementos de la ultraderecha de origen cubano.

Estados Unidos violó abiertamente la resolución 1373 del Consejo de Seguridad de la ONU, aprobada por unanimidad en septiembre de 2001, que obliga a todos los estados, sin excepción, a actuar para que cualquier individuo vinculado al terrorismo sea sometido a la justicia.

A propósito de este abominable suceso, el Consejo de Estado estableció el 6 de octubre como el Día de las Víctimas del Terrorismo, en perenne recordación de los más de  tres MIL 400 cubanos que han perdido la vida a causa de este tipo de acciones.

Este como tantos crímenes demuestra la doble moral de Estados Unidos, que lleva a cabo una cruzada contra quienes arbitrariamente considera que dan refugio y financian a terroristas y, por otra parte, protege en su territorio a estos criminales.

El seis de octubre duele, pero también indigna, ante la impunidad de quienes arrebatan vidas, causan sufrimiento a familias y a todo un pueblo, que como el cubano no olvida a sus hijos.