Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
Por María Josefina Arce
En la 27 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que transcurre en Egipto, se escuchó con fuerza la voz de los mandatarios de las naciones del Sur, en demanda del cumplimiento por los países industrializados de sus compromisos, tanto en materia de reducción de gases contaminantes como en los fondos prometidos a los menos desarrollados para hacer frente a esta problemática.
A pesar de que en la Cumbre de Glasgow, Escocia, en 2021, los estados más ricos acordaron dar un impulso a su promesa de transferir 100 MIL millones de dólares anuales a partir de 2020 a los menos avanzados, dicha cantidad nunca ha sido entregada en su totalidad, y parte de la otorgada ha sido en forma de préstamos.
Y las naciones subdesarrolladas, las que menos contaminan el planeta, sufren con mayor fuerza los fenómenos asociados al cambio climático, una pesadilla para millones de personas en el mundo y que amenaza la vida en el planeta.
La cruda realidad es que como afirmara en la apertura del evento el secretario general de la ONU, António Guterres, "aquellos que menos contribuyeron a la crísis climática están cosechando el torbellino sembrado por otros."
El último informe del Programa de Medio Ambiente de la ONU señala que el mundo avanza hacia un aumento global de la temperatura de más de 2,5 grados que puede tener consecuencias catastróficas.
Esto conllevaría a la pérdida de millones de vidas, a que muchas más personas tengan que abandonar sus hogares y a que ciclones, olas de calor o lluvias sean más frecuentes y de una mayor intensidad.
De ahí que sea urgente la implementación de acciones concretas para reducir la emisión de gases contaminantes y la ayuda a los países menos desarrollados para mitigar y adaptarse a los impactos del cambio climático.
Es este último uno de los temas más difíciles y que mayor división crea. Es como señalara la primera ministra de Barbados, Mía Mottley, que el Sur global permanece a merced del Norte global, lo cual, aseveró, se traduce en disimiles asimetrías, entre estas la introducción de equipamiento y modernas tecnologías amigables con el medio ambiente.
Contundentes fueron las intervenciones de los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Colombia, Gustavo Petro, quienes criticaron abiertamente el modelo consumista que ha puesto al mundo en peligro.
Responsabilizó Maduro al capitalismo salvaje y depredador por la posible extinción de la vida en el planeta, una afirmación compartida por Petro, quien enfatizó que es el mercado y la acumulación de capital lo que produjo esta crisis y no serán jamás su remedio.
Cada momento de inacción, de indolencia aumenta la amenaza para el medio ambiente y la vida de millones de personas. Ojalá la Cumbre de Egipto arroje compromisos concretos, pero sobre todo, lleve a su cumplimiento y no se queden una vez, en el papel.