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Por María Josefina Arce.

La ola de violencia en las calles y cárceles, el empeoramiento de las condiciones de vida de las familias en Ecuador y la falta de empleos dignos son deudas de Guillermo Lasso, quien concluirá el 2022 como uno de los presidentes de América Latina con la menor aprobación en los últimos años.

La educación es otro de los temas pendientes del gobierno. De acuerdo con dirigentes sindicales del sector, el sistema educativo público ecuatoriano está abandonado, resultado de la política neoliberal  de las autoridades.

El futuro de cientos de miles de niños y jóvenes está en juego, pues para cumplir con las draconianas exigencias del Fondo Monetario Internacional se han hecho reducciones en sensibles áreas como la educación.

Recordemos que el organismo financiero retornó al país de la mano del hoy ex presidente Lenín Moreno, luego de que bajo el mandato de su antecesor Rafael Correa se rompió con el FMI y se batalló contra la ilegal deuda.

Ante la actual situación los estudiantes de sectores humildes han visto reducir la posibilidad de salir de la pobreza y por tanto, de insertarse en el mundo laboral.

A lo largo del año docentes y alumnos han salido a las calles para defender la educación pública y la asignación de un mayor presupuesto. Solo en el primer año de mandato de Lasso, que se inició en mayo de 2021, los fondos asignados a las universidades y escuelas politécnicas tuvieron una reducción de 113 millones de dólares.

La última movilización se efectuó en los últimos días para denunciar la falta de voluntad política del gobierno, que ha llevado a afectaciones en la infraestructura educacional, la asignación de cupos, becas y ayudas económicas y provocado el despido de docentes.

De ahí que se encuentran fuera de los colegios más de 200 MIL niños y adolescentes de todo el país suramericano, pues sin presupuesto faltan maestros en las aulas, de acuerdo con trabajadores del sector.

Pero además, Lasso prometió mejoras al sistema de entrega de cupos para la educación superior, sin embargo, en mayo pasado las autoridades confirmaron que cerca de 90 mil jóvenes se quedarían este año sin cupo para acceder a una universidad o instituto superior.

Los manifestantes demandaron   la realización de concursos para que nuevos maestros se sumen a las aulas, aumentar las horas lectivas de los estudiantes como recomiendan organismos internacionales y el pago de los salarios de 30 MIL profesores de acuerdo a la más reciente legislación.

Hay bastantes promesas incumplidas. La realidad es que Lasso ha profundizado la aplicación del neoliberalismo, favoreciendo las privatizaciones y dejando de lado la necesaria inversión social, lo que se ha traducido en una mayor desigualdad en Ecuador.