Por María Josefina Arce.
El 22 de diciembre es un día de especial significación para los cubanos. En esa fecha de 1961 el líder histórico de la revolución Fidel Castro proclamaba a Cuba "Territorio Libre de Analfabetismo", una proeza de todo el pueblo.
Más de setecientas MIL personas de zonas rurales y barrios marginales en poblados y ciudades aprendieron a leer y escribír, con lo que el analfabetismo se redujo a 3,9% de la población total. La naciente revolución ganaba otra batalla a favor de todos los cubanos.
Fue por tanto, el 22 de diciembre la fecha escogida para celebrar cada año el Día del Educador, un merecido homenaje a quienes, desafiando limitaciones, nos adentran en el maravilloso mundo del saber y nos preparan para la vida.
Los maestros cubanos son ejemplo de entrega incondicional y de compromiso con la formación de las nuevas generaciones, conscientes de su papel en el futuro del país.
En su quehacer diario enfrentan múltiples obstáculos, a causa del criminal bloqueo impuesto por Estados Unidos desde hace sesenta años y que afecta a esta sensible e importante esfera, que solo entre enero y julio de 2021 sufrió pérdidas por más de 30 millones de dólares.
Sin embargo, la voluntad política del gobierno y el esfuerzo de todos los trabajadores del sector han hecho posible que la educación no se detenga en el archipiélago y que obtenga notables resultados, incluyendo premios para alumnos cubanos.
Con alternativas y diversas iniciativas, pero sobre todo con mucho amor los educadores hacen frente a las carencias que abarcan a los distintos niveles de enseñanza. Por ejemplo, en los círculos infantiles, o guarderías, se ve limitada la asignación de juguetes y medios didácticos, cuya adquisición se encarece al tener que comprarlos en lejanos mercados como China.
La educación especial requiere de una variedad de recursos para la atención integral de los estudiantes que tienen necesidades educativas especiales, pero la hostil política norteamericana incide negativamente en el aprendizaje, necesario para la plena incorporación social de estos niños y jóvenes.
Los educadores cubanos también han llevado su saber por el mundo. Han prestado su ayuda solidaria a otras naciones para reducir los índices de analfabetismo. Han hecho suyo el pensamiento del Héroe Nacional de Cuba, José Martí, quien afirmó que "Al venir a la tierra, todo hombre tiene derecho a que se le eduque, y después en pago, el deber de contribuir a la educación de los demás".
Dedicación y amor por su profesión derrochan los maestros cubanos, que cada día cumplen con la hermosa y noble misión de trasmitir sus conocimientos e inculcar a las nuevas generaciones valores humanos y fuertes convicciones como el amor a la Patria.