Foto: Periódico Guerrillero
Por: Roberto Morejón
Cada madrugada en este inusualmente frío mes de diciembre, los vegueros de Pinar del Río recorren sus plantaciones de tabaco, en busca de resarcir los daños dejados al paso del devastador huracán Ian por esa occidental provincia cubana.
Con las ráfagas de viento de hasta más de
Desde la principal provincia cubana dedicada al cultivo de la solanácea se trasladaron con urgencia en ferrocarril o por carreteras miles de toneladas de hojas de tabaco hacia otras provincias, para aplicarles allí el tratamiento requerido.
El huracán sorprendió al territorio con más de 33 mil toneladas de tabaco de las dos últimas cosechas guarnecidas en diversas instalaciones, pero al menos 14 mil recibieron estragos.
Para el acarreo del preciado renglón agrícola hacia otras provincias fue necesario contar con los experimentados vegueros y otros técnicos, porque la hoja no se puede maltratar.
En busca de garantizar toda la infraestructura, en Pinar del Río trabajaron en dos líneas, reconstruir los más de 10 mil aposentos perjudicados y reactivar la siembra aprovechando la etapa más favorable del año.
Con el reajuste de planes, porque no todos los vegueros pueden plantar semillas dados los perjuicios del fenómeno meteorológico, los pagos de la agencia aseguradora ante las pérdidas cuantificadas y la disposición de fertilizantes y otros insumos, en la rama tabacalera pinareña se ha trabajado sin descanso hasta hoy.
Nadie acepta la idea de que decaiga el principal producto exportable de la agricultura cubana, aunque se sabe que la cosecha no podrá tener la dimensión prevista anteriormente.
Pero los expertos trazaron prioridades atendiendo a las demandas para la exportación en 2023, de manera de sembrar las
Con esas y otras primacías junto al restablecimiento de miles de canteros de semilleros diezmados por el huracán se afanan cada día los experimentados campesinos pinareños, lamentando aún las pérdidas, pero a sabiendas de que de sus tradiciones y saberes dependerá levantarse nuevamente.