Por María Josefina Arce.
Desde el día 24 entró en vigor un alto el fuego declarado unilateralmente por el guerrillero ELN, Ejército de Liberación Nacional, en un gesto de buena voluntad muy bien acogido por el gobierno que preside Gustavo Petro y que ha apostado por la paz total en Colombia.
El ministro del Interior y portavoz del gobierno, Alfonso Prada, señaló que el ELN ha escuchado a la comunidad que apoya la paz y que reclama un desescalamiento del conflicto en los diferentes territorios del país suramericano.
Petro ha retomado el diálogo con el grupo insurgente, paralizado por su antecesor en la Casa de Nariño, Iván Duque. Y para lograr un ambiente de confianza un primer paso fue suspender las órdenes de captura y extradición contra los negociadores de esa agrupación para incluirlos en el proceso político.
Ya ambas partes mantuvieron una primera ronda de conversaciones en Caracas, la capital de Venezuela, que concluyó el pasado día 12. Una segunda vuelta está prevista para enero venidero en México.
En este primer encuentro se acordó facilitar el retorno de las comunidades indígenas emberas a sus territorios, de los cuales fueron desplazadas por la violencia.
Pero las autoridades colombianas han ido dando otros pasos para avanzar en la necesaria y esperada paz. Es así que buscan implementar los distintos aspectos que incluye el acuerdo suscrito en La Habana en 2016 entre el gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos y la otrora guerrillera Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo.
Es la Reforma Rural Integral uno de los puntos que todavía espera por su puesta en marcha, pues el gobierno del ex mandatario Iván Duque nunca avanzó en su implementación.
Petro ya llegó a un histórico acuerdo con FEDEGAN, Federación Colombiana de Ganaderos, para la compra de tres millones de hectáreas de tierras que serán entregadas a las familias campesinas.
Muchos fueron los obstáculos puestos al convenio de La Habana. La Jurisdicción Especial para la Paz además de ver retrasada su constitución por las objeciones de Duque, ha tenido que trabajar con un bajo presupuesto. Asimismo, cuatro años hubo que esperar para que se materializaran los 16 curules de paz en el Congreso para quienes representan a las víctimas que viven en territorios impactados por el conflicto armado.
Por demás, tampoco se hizo efectiva la protección de los ex guerrilleros que apostaron por la paz e hicieron dejación de las armas. Bajo el mandato de Duque fueron asesinados más de 200.
Aunque el camino no es fácil, todavía hay grupos irregulares armados que operan en territorio colombiano, Gustavo Petro llegó con fuerza a la presidencia, decidido a buscar finalmente la paz en Colombia, una deuda con la sociedad, desangrada por décadas de un conflicto armado y una ola de violencia.