Por María Josefina Arce
Desde hace más de dos décadas son constantes los pedidos de grupos defensores de los derechos humanos de que sea cerrada la cárcel ubicada en la base naval de Guantánamo, un territorio que Estados Unidos ocupa ilegalmente en el oriente de Cuba y que la comunidad Internacional ha reclamado incesantemente que sea devuelto al pueblo cubano.
En los últimos días 150 grupos defensores de los derechos civiles en suelo estadounidense reclamaron al presidente Joe Biden el cierre del enclave, donde aún permanecen 36 detenidos, en un limbo legal.
A pocos días de asumir la presidencia, en enero de 2021, ocho expertos de la ONU en derechos humanos instaron a Biden a cerrar ese centro de detención, que calificaron de vergonzoso para el mundo y para Estados Unidos.
En los dos años que lleva en la Casa Blanca, múltiples han sido los pedidos a Biden en ese sentido de legisladores estadounidenses, políticos, gobiernos y personalidades de todo el mundo.
Más de 770 personas han estado recluidas en esa prisión desde 2002, cuando a raíz de los ataques contra las Torres Gemelas, en Nueva York, y otros objetivos en territorio estadounidense un año antes, Washington lanzó su denominada lucha contra el terrorismo.
Con ese pretexto el gobierno del entonces presidente George W. Bush abrió ilegales prisiones en todo el mundo, la de Guantánamo fue una de ellas, en una nueva ofensa al pueblo cubano.
Diversos informes revelaron que 60% de los reclusos fue conducido a ese enclave militar sin ser una amenaza probable.
Conocida ya la base por ocupar, en contra de la voluntad del pueblo y gobierno cubanos, un pedazo del territorio nacional, Guantánamo pasó a ser también conocida mundialmente por las torturas y malos tratos allí aplicados.
La cárcel en la base naval de Guantánamo es otro capítulo de la ignominia contra el pueblo cubano, que desde esa usurpada zona ha sido objeto de provocaciones y agresiones desde el triunfo revolucionario de enero de 1959.
Pero además, los pobladores de la zona padecen problemas auditivos o enfermedades asociadas como cefalea, a causa de los ejercicios militares que se realizan en la base, que los priva además, del derecho de disfrutar de varias playas situadas en la bahía de Guantánamo.
Junto al reclamo de que sea cerrada la cárcel, está el de la devolución por Estados Unidos a su verdadero dueño, el pueblo cubano, del territorio que desde hace más de un siglo ocupa ilegalmente en la bahía de Guantánamo, y que no solo es una afrenta a la soberanía de Cuba, sino una amenaza a la paz y seguridad.
