Por María Josefina Arce.
En este año la CELAC, Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, estará presidida por San Vicente y las Granadinas, un pequeño país del Caribe, pero grande en su compromiso con la integración regional y el bienestar de sus pueblos.
Fue este uno de los acuerdos de la Séptima Cumbre de jefes de estado y de gobierno del bloque, realizada en las últimas horas en Buenos Aires, y que apoyó la designación de la nación caribeña para suceder en la presidencia pro tempore a Argentina, que la ejerció en 2022.
Se convierte así San Vicente y las Granadinas en el segundo país caribeño en ocupar este puesto. Cuba fue el primero en ostentar la presidencia del mecanismo de diálogo y concertación política desde el 2013 hasta enero de 2014.
El primer ministro sanvicentino, Ralph Gonsalves, ha manifestado su intención de dar un impulso a las acciones de México y Argentina para revitalizar el mecanismo integrador, tan necesario en los tiempos actuales.
Gonsalves es un defensor del multilateralismo y la cooperación entre los países para hacer frente a los desafíos que enfrenta hoy la región en el plano económico y social, ante la difícil situación generada por la pandemia de la COVID 19 que ahondó las desigualdades.
Pero también es grande el desafío en lo político, dados los intentos, como ha denunciado Gonsalves, de Estados Unidos de detener el avance de la CELAC y sostener la OEA, Organización de Estados Americanos, de la que tiene su control y que ha utilizado para sus intereses hegemónicos.
Una OEA tristemente conocida en el continente por su apoyo a acciones desestabilizadoras contra gobiernos progresistas e incluso golpes de estado.
Es la designación de San Vicente y las Granadinas un nuevo reconocimiento a su labor a nivel internacional. Recordemos que en 2019 fue elegida como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU para el período 2020-2021.
Además, en el último semestre de 2020 asumió la presidencia de CARICOM, Comunidad del Caribe, desde la cual siguió promoviendo la solidaridad, la integración del área y el derecho de cada pueblo a construir su futuro.
Lo cierto es que desde el Caribe, en su conjunto, se ha mantenido una posición firme a favor de la unidad, la cooperación, sin condicionamientos, y en contra de la injerencia en los asuntos internos de naciones como Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia.
El primer ministro de San Vicente y las Granadinas agradeció la elección y afirmó que trabajará con todos para llevar adelante la CELAC, y sus relaciones con otros bloques ante prioridades compartidas como la lucha contra el cambio climático, la seguridad alimentaria, la salud y la migración.
Muchos son los retos para la pequeña nación caribeña, pero cuenta con experiencia y el reconocido liderazgo a nivel internacional del primer ministro Ralph Gonsalves.
