Por María Josefina Arce.
"... nuestra Patria tuvo el privilegio de ser cuna de uno de los más extraordinarios pensadores que han nacido en este hemisferio, José Martí.", así expresó el líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, el sentir y el orgullo de nuestro país de tener entre sus más ilustres hijos al Maestro.
Por eso cada 27 de enero, en vísperas de su natalicio, La Habana y toda Cuba se iluminan para rendirle merecido homenaje a un hombre que puso por encima de todo la independencia de nuestra tierra y el bienestar común.
Es la tradicional Marcha de las Antorchas, como aquella que en 1953, en el centenario del Apóstol, jóvenes como Fidel llevaron a cabo, desafiando a la sangrienta tiranía de Fulgencio Batista, para no dejar morir el legado de Martí.
Es un homenaje que se multiplica en diversos rincones de la tierra, pues el Héroe Nacional de Cuba rebasó no solo nuestras fronteras, sino también el tiempo que le tocó vivir. Su breve pero fecunda vida y su maravillosa obra ha sido faro de muchos en el mundo, y en especial de América Latina.
Su ideario continúa siendo fuente de inspiración y enseñanza. Martí nos indicó el camino para hacer del mundo un lugar mejor, sin exclusiones, pues como bien afirmó:" hombre es más que blanco, más que mulato, más que negro, porque dígase hombre, y ya se dicen todos los derechos."
Siempre abogó por la necesaria unidad para hacer frente a peligros comunes, una urgencia en los tiempos actuales, en los que se busca dividir a los pueblos, para servir a intereses hegemónicos.
Del pensamiento de Martí y otros próceres independentistas han nacido bloques regionales que trabajan en beneficio de los ciudadanos y porque sea escuchada la voz de los más humildes. Ese es el caso de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.
Tienen en su esencia esos mecanismos, nacidos de lo más profundo de Nuestra América y de la nobleza y sacrificio de muchos, esa dignidad y solidaridad por la que luchó Marti, en aras del desarrollo de los pueblos y la humanidad.
El Apóstol convoca, llama a los hombres y mujeres de bien a luchar por ese mundo mejor. Así lo demuestra su viva presencia en cualquier rincón del planeta, donde se le rinde homenaje.
Y también en la gran participación que ha tenido cada edición desde 2003 de la Conferencia Internacional por el Equilibrio del Mundo, a la que sin falta acuden desde todos los continentes intelectuales, académicos, personalidades políticas, líderes sociales y sindicales.
Y La Habana ha sido una vez más testigo de ese poder de convocatoria del apóstol. Más de MIL delegados de 80 naciones estuvieron presentes en esta quinta edición para desde el ideario martiano unir esfuerzos por el bien de todos los pueblos.