Por María Josefina Arce.

Acorde con los tiempos que les han tocado vivir, los jóvenes cubanos se han ganado un lugar especial en la sociedad por su compromiso y decisivo apoyo en diversas esferas como la salud y la ciencia.

Por eso no sorprende y es motivo de satisfacción que este segmento poblacional tenga una mayor presencia en la lista de candidatos a diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular, que ha crecido un 7% con respecto a la actual legislatura.

De acuerdo con cifras divulgadas por la Comisión de Candidaturas Nacional, en la relación que será sometida a escrutinio el venidero 26 de marzo, aparecen 94 jóvenes de entre 18 y 35 años de edad, lo cual representa 20% de los 470 parlamentarios que conformarán el nuevo órgano legislativo.

De aprobarse la candidatura actual en las urnas por el pueblo, la edad promedio del Parlamento cubano será de 46 años, tres menos que la de la actual Asamblea Nacional del Poder Popular.

Es sin dudas, un reconocimiento y confianza en la labor que desarrolla la juventud en ramas claves de la vida socioeconómico del país. A quienes como por ejemplo, ante la difícil situación creada por la incidencia de la COVID 19 se sumaron a las acciones de enfrentamiento a la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.

Los jóvenes son una parte esencial de nuestro sistema de salud. Desde los consultorios del médico y enfermera de la comunidad, así como en las distintas instituciones sanitarias libraron una heroica batalla contra el virus.

Pero también fueron un eslabón imprescindible en la ayuda en los barrios a las personas vulnerables. Alimentos y medicinas llevaron estos jóvenes a las personas de la llamada tercera edad y mujeres embarazadas para evitar su contagio.

Estudiantes de Ciencias Médicas fueron igualmente protagonistas de las pesquisas que se realizaron a lo largo y ancho del archipiélago para detectar posibles casos de contagiados,  brindarles una rápida atención médica y evitar además, la propagación de la COVID 19.

Las nuevas generaciones están presentes además, en otras ramas como las comunicaciones, los servicios, la educación y en un sector muy importante como el energético, en el que han derrochado constancia y sacrificio, ante la difícil situación que ha vivido el país.

Y también jovenes, junto a colegas de mayor experiencia, estuvieron en escenarios complejos socorriendo a los damnificados por la explosión en el Hotel Saratoga, en La Habana, y en las comunidades del occidente cubano tras el devastador paso del huracán Ian, así como en el combate al incendio en la base de supertanqueros en Matanzas.

Y sin siquiera mediar un llamado, concurrieron masivamente a donar su sangre para ayudar a la recuperación de los lesionados de estos trágicos sucesos del pasado año.

Si bien la  presencia de los jóvenes en el Parlamento responde a uno de los principios del sistema político cubano, que es el de garantizar la representatividad de todos los sectores sociales, que su participación sea cada vez mayor refleja la confianza de la sociedad en las nuevas generaciones.