Movimiento indígena en Ecuador
por María Josefina Arce
El movimiento indígena de Ecuador mantiene en jaque al presidente Guillermo Lasso. Desde este fin de semana se ha declarado en movilización permanente en contra de la política neoliberal puesta en marcha por el gobierno y que afecta a todos los ecuatorianos.
La CONAIE, Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador, exigió la renuncia del mandatario por falta de legitimidad e incumplimiento de los acuerdos de 2022, tras el histórico paro nacional de casi dos semanas.
En junio del pasado año los pueblos originarios, a los que se sumaron organizaciones sociales, protagonizaron una serie de movilizaciones en gran
parte del territorio nacional, en protesta por las medidas de corte neoliberal adoptadas por el ejecutivo, al que acusaron de cumplir la agenda del FMI, Fondo Monetario Internacional, de manera ciega, como un dogma, golpeando sistemáticamente a la población.
Asimismo, exigian una respuesta a una agenda de 10 puntos planteada con anterioridad a las autoridades. Las demandas incluían entre otras, la congelación del precio de los combustibles, mejora del empleo y derechos laborales y reparación integral por los impactos socioambientales por la minería extractiva.
Ahora la CONAIE y otras agrupaciones como FENOCIN, Confederación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras, han decidido retirarse del diálogo que mantenían con el gobierno, pues, señalan, no ha evidenciado hasta el momento voluntad política para dar respuesta a sus peticiones.
Por el contrario, enfatizaron, el gobierno de Lasso ha continuado avanzando con sus políticas neoliberales, que violentan los derechos territorales, comunitarios y la economía nacional.
El Ecuador de hoy es una nación de grande desigualdades, el costo de la vida sigue subiendo, se han hecho drásticos recortes a los servicios sociales básicos como salud y educación, hay altos niveles de inseguridad, al tiempo que con el pretexto de paliar la crísis Lasso ha intensificado el modelo económico neoliberal, que afecta los territorios indígenas.
Se avecinan jornadas difíciles para Lasso. El movimiento indígena ha demostrado su fuerza y poder de convocatoria y organización de las protestas sociales en el país. Reivindican no solo los derechos de las comunidades autóctonas, sino de todos los sectores populares.
En octubre de 2019 los indígenas lideraron igualmente las movilizaciones contra el gobierno del entonces presidente Lenín Moreno por las medidas económicas puestas en marcha, a instancias del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. La enorme protesta llevó a que las autoridades dejaran sin efecto el decreto 883 que eliminaba el subsidio al combustible, principal detonante del movimiento popular.
Once personas murieron y cerca de cien sufrieron daños oculares por el impacto de perdigones y bombas lacrimógenas lanzadas por las fuerzas policiales y militares contra los manifestantes.
Lasso también reprimió a los participantes en las movilizaciones de 2022, incluso detuvo al presidente de la CONAIE, Leonidas Iza, pero fue tal la intensificación de la protesta que se vio obligado a liberarlo 24 horas después.
Pero mucho antes los pueblos originarios ecuatorianos habían dejado claro su fortaleza y empuje. Las intensas protestas en 1997 contra el presidente Abdalá Bucaram provocaron su caída. Una situación que se repetiría tres años después con el por entonces mandatario Jamil Mahuad.
El panorama no es nada favorable para Lasso. Ecuador está inmerso en una crisis generalizada. El ambiente político y social es bien tenso, y la exigencia de que dimita va cobrando cada vez más fuerza en todo el territorio nacional.