Banderas de Estados Unidos y China
por Roberto Morejón
La rivalidad de Estados Unidos con China es de antaño, pero se ha acrecentado recientemente, hasta debilitar las relaciones diplomáticas.
El manoseado discurso de los políticos, tanto demócratas como republicanos, y una frenética propaganda mediática, incentivan la retórica espinosa en Estados Unidos con respecto a China.
Con la llegada del presidente Joseph Biden, se robusteció la ya crispada compostura signada por Donald Trump, quien insistió en los asuntos de Taiwán y de los derechos humanos.
En los últimos meses, una peligrosa cadena de hechos contribuyó a agriar los vínculos, a pesar de intentos diplomáticos por aplacar la tormenta, incluyendo una entrevista entre Biden y el presidente chino, Xi Jinping, en Indonesia, en noviembre pasado.
Aquella conversación, apreciada en el mundo como un intento de bajar estremecimientos, fue seguida por embates como el del famoso globo frente a California que según Washington tenía fines de vigilancia, versión rechazada por Beijing.
Más virulenta aún es la divergencia a propósito de lo que Estados Unidos alega como posibilidad de envío de armas chinas a Rusia para el conflicto en Ucrania.
El discurso estadounidense cobra entonces niveles de histeria sin rehuir las amenazas de sanciones, ante lo que el gigante asiático denunció como “la absoluta hipocresía de Estados Unidos”, porque acusa mientras destina armas a Kiev y hace que la paz sea más difícil de alcanzar.
Sin que se hayan evaporado las emanaciones por tamaña imputación, Washington reflotó la teoría en desuso acerca de lo que expone como causa de la Covid-19.
Según la óptica de la administración Biden, el virus se habría filtrado de un laboratorio en la ciudad china de Wuhan.
China rechazó airadamente el libelo y advirtió que los estadounidenses deberían dejar de politizar la cuestión del origen del virus.
Como si fuera poco, Estados Unidos informó sobre el veto a la aplicación de origen chino TikTok de los dispositivos gubernamentales, ante lo cual Beijing respondió que la otra parte abusa al reprimir injustificadamente a empresas de otros países.
Todo lo anterior pone de relieve el cúmulo de desencuentros entre importantes actores de la escena mundial, con acusaciones relevantes y respuestas enérgicas.
Llamativamente, en medio de la tempestad voceros chinos reiteran que su gobierno promueve la paz y el diálogo, en coincidencia con lo que esperan en muchas latitudes.