Por María Josefina Arce.

El Día de la Prensa Cubana encuentra a los trabajadores del sector enfrascados en los preparativos de su Onceno Congreso, que tendrá lugar en La Habana en julio venidero, y que  está antecedido por intensos debates sobre los desafíos presentes y futuros, ante la compleja situación económica del país y los constantes  ataques mediáticos contra Cuba.

Por el oriente cubano se inició en el  pasado mes de enero el análisis critico de cuánto se puede hacer para perfeccionar el papel que le corresponde a la prensa de informar con transparencia, inmediatez, y que lo publicado esté acorde con lo que vivimos, con las inquietudes del pueblo, al que nos debemos.

Pero además, para  fortalecer la defensa de nuestra soberanía. Y en este camino es de vital importancia la batalla que se libra en las redes sociales, utilizadas por algunos para desvirtuar la revolución e incitar al odio y acciones violentas, crear caos en el país, y justificar lo injustificable, una intervención.

El líder histórico de la revolución, Fidel Castro, calificó a los periodistas como un ejército de la revolución, y es que la guerra mediática contra Cuba no es un fenómeno nuevo, ni de los tiempos que corren, está presente desde el mismo triunfo revolucionario, incluso desde antes cuando los grandes medios de comunicación de Estados Unidos fabricaban falsas informaciones sobre la contraofensiva que se desarrollaba en la Sierra Maestra contra la sangrienta dictadura de Fulgencio Batista.

Pero el avance de las nuevas tecnologías de la información ha complejizado el panorama, por eso la constante preparación de los profesionales del sector, que ayude ante las carencias materiales,  es una necesidad que se ha plasmado en los distintos encuentros realizados en el territorio nacional, preparativos de la cita de julio.

De ahí que se busque incentivar la investigación y el fortalecimiento de alianzas en beneficio de la capacitación de los trabajadores de la prensa escrita, radial, televisiva y dígital para continuar ganando espacios y responder igualmente a las exigencias de la población, a la que se trata de implicar más.

La tarea no es fácil, toda esa estrategia ha sido trazada desde y por Estados Unidos, que como todos saben controla las grandes transnacionales de la comunicación y financia los llamados medios independientes.

La prensa cubana también ha sido objeto de estos ataques. Cuentas asociadas a periodistas y medios han sido bloqueadas por la red social Twitter, que además, las ha etiquetado como afiliados al gobierno, en una acción de censura y estigmatización.

En medio de todo este panorama la prensa cubana va por la necesaria transformación de su trabajo para brindar un producto que sin perder su esencia de informacion veraz, sea más novedoso, acorde con el escenario actual y con las demandas de la ciudadanía.

Se apuesta igualmente por nuevos modelos de gestión editorial y económica, que posicionen mejor a nuestros medios de comunicación, sean más cercanos a sus públicos, a la vez que sostenibles desde la esfera economica.

El próximo congreso de la Unión de Periodistas de Cuba será una buena oportunidad para ir a la necesaria renovación de la prensa, sin perder su papel social y de defensa de la revolución.