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Por María Josefina Arce
En la última década el dengue ha sido una de las enfermedades con más predominio en las Américas. Ha manifestado un comportamiento cíclico y de tendente ascenso, de acuerdo con organismos internacionales de salud.
El pasado año, según las estadísticas, se registraron en el área más de dos millones de casos de la enfermedad transmitida por el mosquito Aedes Aegypti.
En Cuba las autoridades sanitarias se mantienen alertas todo el año, en especial en los meses más calurosos, ante la incidencia del arbovirus. El país caribeño tiene experiencia en su enfrentamiento, en el que también participa activamente la población.
En esta batalla ocupa un lugar esencial la labor de la comunidad científica, que en la actualidad trabaja en un nuevo sistema de diagnóstico rápido del dengue y que podría estar disponible en el transcurso del presente año.
Este sistema, en el que labora el Centro de Inmunoensayo, permitirá determinar, ante la aparición de los primeros síntomas, si se trata de dengue o de otra infección, a fin de aplicar un tratamiento diferenciado a los pacientes, y evitar el agravamiento y la muerte.
Otra buena noticia y de gran impacto en la salud y bienestar de la ciudadanía, es que también hay posibilidades de poder contar con el primer candidato vacunal contra esa enfermedad viral, cuyo desarrollo tiene una plataforma tecnológica segura.
Los científicos han planteado que la obtención de la referida vacuna es un proceso complejo, porque el dengue tiene cuatro serotipos y hay que inmunizar contra cada uno de ellos al mismo tiempo para que el producto sea eficaz.
Nuestros científicos cosechan notables resultados. Los inmunógenos contra la COVID 19, resultado de su esfuerzo y alta capacitación, son seguros y de una probada eficacia.
Cuba fue el primer país de América Latina en contar con vacunas propias contra la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, y que han sido empleadas en otras naciones como Vietnam, Venezuela, Nicaragua, México, Irán, San Vicente y las Granadinas y Siria.
Pero además, se aplicaron con total éxito en la población infantil de la Mayor de las Antillas, que cuenta con el aval de años de historia y prestigio en el desarrollo de vacunas para los más pequeños.
Otro impactante logro de la comunidad científica cubana en esta área, es CIMAVAX, una vacuna terapéutica contra el cáncer de pulmón, fruto de más de dos décadas de investigaciones y que ha mostrado resultados satisfactorios en personas en estado avanzado de la enfermedad.
Es un inmunógeno que ha conquistado a la comunidad científica estadounidense y a su población, a partir de los logros mostrados en las investigaciones. Recordemos que el Centro de Inmunología Molecular de Cuba y el Instituto del Cáncer Roswell Park de Nueva York se unieron hace años para avanzar en el desarrollo del medicamento.
La ciencia cubana ha logrado novedosos medicamentos, de gran impacto para la salud de la población de la nación caribeña, pero también para ciudadanos de otros países. Por eso la confianza en esta nueva vacuna en desarrollo, que será un importante paso para proteger del dengue, una enfermedad de gran incidencia en nuestra área geográfica.
