Foto: La Razón.
Por María Josefina Arce.
Datos recientes de la OIT, Organización Internacional del Trabajo revelan la triste realidad que enfrentan millones de niños en el mundo, quienes se ven sometidos a diversas formas de explotación.
El organismo Internacional aseguró que esta situación empeoró en los últimos cuatro años. En la actualidad 218 millones de infantes están vinculados a la producción económica, una cifra que, alertó, amenaza con incrementarse.
De acuerdo con la información, el sector agrícola representa 70% de los menores en situación de trabajo infantil, seguido por la esfera de los servicios, con 20%.
Este grave problema no solo se refiere al ámbito laboral. Los menores están también expuestos a la trata, explotación sexual y al reclutamiento forzoso en conflictos armados.
En África, pone la OIT como ejemplo, uno de cada cinco infantes recurre a cualquier tarea para poder subsistir. Es este un panorama presente en todo el orbe, agravado a nivel global por la pandemia de la COVID 19.
En América Latina y el Caribe, una de las regiones más golpeada por el virus, el prolongado cierre de las escuelas y el aumento de la pobreza entre las familias más vulnerables ha empujado a más niños a desempeñar diversas tareas para ayudar al sustento del hogar.
En el área la cifra de los menores en esta situación sobrepasa en estos momentos los ocho millones. Un notable retroceso en los esfuerzos por eliminar esta problemática, consecuencia de la pobreza.
Cómo afirman los expertos abandonar la escuela y entrar prematuramente en el mercado laboral reduce las posibilidades de conseguir mejores empleos en el futuro, perpetuando las condiciones de pobreza.
Además de que fomenta mayores índices de analfabetismo, provoca enfermedades y malnutrición, y contribuye a un envejecimiento precoz.
Organismos internacionales alertan que por ahora luce lejana la meta de erradicar el trabajo infantil en el año 2025, como lo plantean los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
La Convención Internacional sobre los Derechos del Niño establece que "la humanidad debe al niño lo mejor que puede darle"; por eso continúa siendo un desafío mundial acabar con la explotación de este segmento poblacional, que ve afectado su desarrollo personal y emocional y el disfrute de sus derechos.