Los presidentes de América del Sur volvieron a levantar una voz a favor de la cooperación y para integrarse.
(Foto:PL)

Por: Roberto Morejón

Los presidentes de América del Sur volvieron a levantar una voz a favor de la cooperación y para integrarse, luego del eclipse de UNASUR, cuyas siglas prefirieron no mencionar, porque apuestan por buscar consenso hacia otro espacio de confluencias.
 
Bajo el liderazgo efectivo del Jefe de Estado de Brasil, Luiz Inacio Lula Da Silva, once presidentes y un primer ministro convocados por el ex líder obrero aprobaron en una reunión el llamado Consenso de Brasilia, en el que reafirmaron una óptica de una región unida por el respeto, el diálogo y la paz.
 
Mejoras en el comercio, llamados a la defensa de la soberanía y la no injerencia en los asuntos internos y énfasis en la importancia de avanzar en la lucha contra la pobreza, también se incluyeron en el documento final o expusieron en los discursos en el cónclave.
 
Con la determinación de volver a reunirse en fecha y lugar por determinar para repasar las propuestas de un grupo de contacto que evaluará las experiencias de los mecanismos de integración, concluyó la cita convocada por Lula y en la que, afortunadamente, los estadistas reconocieron la importancia de dialogar y proyectar la voz de América del Sur en el mundo.
 
Más allá de los importantes acuerdos derivados de la cumbre en Brasilia y el hecho de estar reunidos luego de un largo compás de espera, resaltó la adhesión de Venezuela al encuentro.
 
Si bien surgieron algunas opiniones que siguen la narrativa de los estereotipos acuñados por Estados Unidos y el extinto Grupo de Lima para aislar a Venezuela, lo cierto es que ese país, y su presidente Nicolás Maduro, regresaron al contexto diplomático regional, del que no debieron salir.
 
Maduro no quiso responder a quienes alegaron viejas historias y recordó que contra él se abalanzó todo el poder mundial y Donald Trump aplicó 900 medidas y sanciones contra la economía nacional.  
 
El gobernante venezolano, quien antes había cumplido una histórica visita oficial a Brasil después de ocho años de su último desplazamiento, reafirmó la disposición de reasumir la unión entre los países fronterizos, en bien de los pueblos.  
 
Brasil estuvo alejado de Venezuela porque el ultraderechista expresidente Jair Bolsonaro impuso una ideologización en las relaciones exteriores.
 
Ideologización que los gobernantes de países sudamericanos afirman querer dejar a un lado para reasumir la cooperación.