Plan Turquino
Por Roberto Morejón
El merecido reconocimiento por los avances del Plan Turquino, debe trascender en Cuba como acicate para aumentar las producciones y el nivel de vida de los moradores.
Treinta y seis años atrás surgió el Programa de Atención al Desarrollo Integral de las Regiones Montañosas, conocido como Plan Turquino, reconocido por estos días por los cubanos como un inspirador programa.
Renovar esos territorios con serranías y la occidental Ciénaga de Zapata continúa como propósito loable, junto a la conservación del medio ambiente y adecuación para la defensa del país.
Sostener los cimientos y el desarrollo de áreas con esas características geográficas con recursos forestales y agropecuarios hoy lejos de potenciarse, representa un compromiso indeclinable.
Las montañas son escenario vital de las obtenciones de café, cacao, coco, frutas, riquezas forestales y apicultura, pero se espera aún por alcanzar mejores aportes al consumo local, provincias y el país.
Expertos instan a alcanzar la sustentabilidad del programa con mayores entregas de alimentos y de otros renglones destinados a las exportaciones, fuente de financiamiento para revertir dificultades en la base económica y elevar niveles de vida.
Sin dudas, son aciertos de los 36 años pasados establecer escuelas y consultorios del médico de la familia, así como las visitas de esos profesionales de bata blanca, incluso a caballo, a pacientes enfermos, por muy remota que se encuentre su vivienda en el horizonte.
No obstante, los viales requieren mantenimiento y debe proseguir el avance progresivo de las comunicaciones, entre otros fortalecimientos, indispensables para frenar el éxodo de los habitantes de los montes hacia las cabeceras municipales u otras provincias.
Desde los sitios con frecuencia apartados se espera una respuesta, como en toda la nación, a una realidad compleja, pues cifras oficiales revelan la disminución anual de las entregas de la agricultura.
La mayor de las Antillas requiere de la creación de empleos en empresas agropecuarias y el repunte de la gestión de cooperativas y campesinos individuales, mucho más cuando se exhorta a que desde los municipios se promueva el autoabastecimiento de alimentos.
Cuando en esta nación caribeña se hace hincapié en acercar la Ciencia a las faenas de la economía, la agricultura no queda exenta de atender el llamado, específicamente en las montañas.
Se asciende alegóricamente al Turquino cuando se trabaja por la eficiencia en el Plan.