Imagen ilustrativa tomada de Sputnik Mundo

Por Roberto Morejón

En medio de impedimentos de Occidente para que el mundo se encamine hacia un nuevo orden, la decimoquinta reunión del grupo BRICS en Johannesburgo dio un importante paso hacia ese objetivo, cuyo soporte es tener en cuenta los intereses del mayor número de Estados.
 
La agrupación dio un pronunciado salto geopolítico al expandirse, en marcado cuestionamiento a la unipolaridad signada por Estados Unidos, si bien no es el propósito un enfrentamiento.
 
Pero los BRICS adelantaron en la construcción de un espacio multilateral, en términos financieros y comerciales, a partir de una tendencia hacia el uso de monedas propias, y la consiguiente reducción del empleo del dólar, arma predilecta de Washington para imponer políticas y sanciones.  
 
Si el grupo fundacional de los BRICS ya se encaminaba por tales senderos, ahora será posible hacerlo con más velocidad, al sumar a Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Arabia Saudita, Etiopía y Argentina.
 
El colectivo de economías emergentes crece en el contexto de un sistema financiero en apuros, con la declinación de Estados Unidos y en desafío al sistema unilateral diseñado por el Grupo de los 7 países más desarrollados.
 
En conjunto, las 11 naciones del BRICS tienen una población de cerca de 3 mil 700 millones de personas, ejercen un papel preponderante en el orden energético y representan más de 35 por ciento del Producto Interno Bruto del planeta.
 
No se trata de simples estadísticas sino de un peso económico y geopolítico en el cual se pueden insertar las demandas del Sur global, hasta ahora obviado de los grandes centros de poder.
 
Como señaló el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, los BRICS han iniciado un nuevo capítulo en su esfuerzo por construir un mundo justo, inclusivo y próspero.
 
Desde esa justa perspectiva es de esperar un reclamo a favor de las reformas del Consejo de Seguridad de la ONU, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
 
Hablamos de aspiraciones acumuladas en el Sur global, de ahí el interés manifiesto de decenas de países de adherirse al bloque.
 
Para valorar los alcances de la cita cimera en Johannesburgo es importante la opinión del primer mandatario de Brasil, Luis Inacio Lula Da Silva, quien calificó de histórico este momento de la Humanidad en el que países del Sur por primera vez pueden hacer valer su fuerza.