Foto: Archivo.
Por: María Josefina Arce.
Nuevos amigos, personas humildes agradecidas, reconocimiento de las autoridades y sobre todo numerosas vidas salvadas es la gran satisfacción de un grupo de 62 médicos que regresó a Cuba, tras cuatro años de ayuda solidaria en Guatemala.
En noviembre venidero se cumplirán 25 años del inicio de la presencia de colaboradores cubanos de la salud en tierra guatemalteca para asistir a los damnificados por el devastador paso en 1998 por Centroamerica de los huracanes George y Mitch.
Ante el pedido de ayuda de los gobiernos centroamericanos, Cuba no dudó en manifestar su disposición de enviar personal médico y auxiliar de salud por el tiempo que fuera necesario.
Es una página más de la larga historia de la colaboración sanitaria entre la Mayor de las Antillas y otras naciones, y que en Guatemala ha tenido momentos importantes y de gran significación para los sectores más humildes.
Destacan la inauguración en 2006 del primer centro oftalmológico de la Operación Milagro, al que posteriormente se sumarían otras tres instituciones.
Guatemaltecos de bajos ingresos se vieron beneficiados con la apertura de estas instalaciones. Miles recuperaron la visión gracias a la atención brindada por los especialistas cubanos.
A lo largo de los años los colaboradores del archipiélago no solo han llevado la salud a los más recónditos lugares de la geografía guatemalteca, sino que han estado presentes ante otros desastres naturales.
Así fue cuando el huracán Stan en 2005 que dejó numerosas víctimas y grandes daños materiales y la erupción en 2018 del volcán de Fuego.
Ardua fue la labor de los profesionales cubanos de la salud durante la pandemia de la COVID 19. Junto a sus colegas guatemaltecos trabajaron sin descanso en los centros hospitalarios para hacer frente a la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.
El ministro de Salud Pública y Asistencia Social de Guatemala, Francisco Coma, ha destacado el apoyo de Cuba con las brigadas médicas, que trabajan en zonas de difícil acceso, mejorando la prestación de servicios esenciales lo que se traduce en un mejor estilo de vida.
Los médicos de la Mayor de las Antillas están en aquellos parajes donde la pobreza extrema arrebata vidas. Son una esperanza para numerosas personas, quienes agradecen su solidaridad, humanismo y profesionalidad. Una prueba más de la falsedad de la campaña de los enemigos de la revolución contra la colaboración sanitaria cubana.