Golpe de Estado en Chile. Bombardeo al Palacio de La Moneda.
Por María Josefina Arce
El 11de septiembre de 1973 llegó el horror y la muerte a Chile. El golpe de estado, encabezado por el general Augusto Pinochet, contra el gobierno del presidente constitucional Salvador Allende quebró la democracia e instaló el terrorismo de estado. Comenzaba una de las etapas más oscura y triste de la historia de la nación suramericana.
Durante 17 años la dictadura militar recurrió a los más crueles y perversos métodos para exterminar a los opositores políticos. Torturas, ejecuciones, desapariciones forzadas y exilio formaban parte del día a día de los chilenos.
A más de 40 mil, entre torturados, ejecutados o desaparecidos, asciende el número de víctimas de la dictadura militar, en cuya instauración y posterior mantenimiento desempeñó un papel decisivo Estados Unidos.
La mano de la CIA, Agencia Central de inteligencia, de Estados Unidos, estuvo siempre detrás de la asonada golpista. Desde que Allende se perfilaba como ganador de las elecciones de 1970, los agentes estadounidenses destacados en Chile comenzaron una campaña de desgaste, en contubernio con la derecha.
Complicidad que se mantuvo tras el ascenso de Allende al poder. Washington, junto a la oligarquía, se encargaría de sabotear la economía del país suramericano para crear una situación tensa y de descontento en la población.
Fueron tres años difíciles, de obstáculos para poder llevar adelante el programa de gobierno de la Unidad Popular en favor de todos los ciudadanos, y que tuvo entre sus más impactantes medidas la nacionalización del cobre, con lo que retornaba a sus verdaderos dueños un importante recurso natural del país.
La asonada golpista echó por tierra lo logrado en los MIL días de gobierno de la Unidad Popular, y convirtió a Chile en un laboratorio del neoliberalismo, un modelo injusto, privatizador y generador de desigualdades que se fue extendiendo por la región.
Pero también se expandió por el continente, con el respaldo de Estados Unidos, la persecución y eliminación de los opositores políticos. La llamada Operación Cóndor fue una coordinación represiva entre las dictaduras del área que dejó decenas de miles de víctimas.
A 50 años de aquella fatídica jornada del 11de septiembre de 1973, que sembró el terror en Chile, hay muchas heridas abiertas en la sociedad chilena. Una pregunta que aún permanece sin respuesta es ¿dónde están los más de mil desaparecidos?. Por eso, el gobierno del presidente Gabriel Boric lanzó un Plan Nacional de Búsqueda de Verdad y Justicia
Todavía no se ha castigado a todos los responsables de los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura militar , ni esclarecido toda la verdad.
Pinochet, un hombre clave de Estados Unidos, murió en diciembre de 2006 a los 91 años en el Hospital Militar de Santiago de Chile, sin haber sido condenado por sus atroces crímenes y violaciones de derechos humanos.
Hoy todavía muchas familias chilenas lloran a sus padres, hijos y nietos. El 11de septiembre de 1973 cambió el rumbo del país, que quedó inmerso en el horror y el miedo. Por eso, aunque la derecha trata de reescribir la historia y negar el pasado, para gran parte de la sociedad está prohibido olvidar para evitar el retorno de una época oscura, que se saldó con la vida de decenas de miles de chilenos.