Imagen de archivo/RHC
Por María Josefina Arce
El cáncer es una de las principales causas de muerte en el mundo y se estima que para 2040 se registren 30 millones de casos nuevos. La lucha contra esta enfermedad ha unido a científicos de Cuba y Estados Unidos, empeñados, aún en medio de los obstáculos, en incrementar la cooperación bilateral para beneficio de los pacientes de ambos países.
La comunidad científica estadounidense destaca los avances de sus colegas cubanos en el combate a esta dolencia, a pesar de las limitaciones que durante décadas ha impuesto a Cuba el bloqueo económico, comercial y financiero.
El doctor Robert Win, director del Centro de Cáncer Massey de la Universidad de Virginia, aseguró en La Habana que los médicos estadounidenses tienen mucho que aprender de Cuba, por lo que se busca aprovechar su experiencia y conocimiento para avanzar en esta lucha.
Y en ese camino se suscribió en los últimos días en La Habana un memorando de entendimiento entre el centro que dirige el especialista norteamericano y el Instituto de Oncología y Radiobiologia de la nación caribeña.
Esto posibilitará extender la colaboración en materia de investigación, intercambio académico, de personal y la realización de ensayos clínicos conjuntos.
Respeto mutuo y un deseo e interés común de trabajar por una mejor calidad de vida de los pacientes de cáncer es lo que une a científicos de los dos países, que han demostrado cuánto más se podría hacer de no existir la política hostil de Washington hacia el pueblo cubano.
Y es que investigadores cubanos y estadounidenses ya mantienen un fructifero intercambio en esta rama. Ese es el caso de las relaciones que se han establecido entre el Instituto del Cáncer Roswell Park, de Estados Unidos, y el Centro de Inmunologia Molecular, de Cuba.
La institución estadounidense radicada en Nueva York realiza un segundo estudio de la vacuna cubana CIMAVAX contra el cáncer de pulmón, que ya ha demostrado su seguridad y de la cual ahora se explora su uso combinado en varias indicaciones de esta enfermedad.
Este ensayo en territorio norteño busca tratar a los pacientes fumadores con alto riesgo de desarrollar cáncer de pulmón y a aquellos con células malignas en estadios tempranos con riesgo de recaer en la enfermedad.
Aunque no ha estado exenta de dificultades por el entramado de leyes del bloqueo, esta colaboración es un paso alentador a favor de la salud.
El deseo de salvar vidas ha unido a científicos de Cuba y Estados Unidos, pues como afirmara el doctor Robert Win, director del Centro de Cáncer Massey de la Universidad de Virginia, se trata de llevar salud a todos, sin importar dónde viven, cómo viven o cómo piensan.