Imagen: Cubadebate.

Por Roberto Morejón

La participación de empresarios cubanos residentes en el exterior en la trigésimo novena Feria Internacional de La Habana y de artistas y escritores de la misma procedencia en un festival cultural en esta capital, opera como preámbulo de la Conferencia La Nación y la emigración.
 
El próximo fin de semana, la mayor de las Antillas celebrará el cuarto de esos encuentros, a 19 años del último, para dialogar y trabajar, como afirma el lema Juntos por Cuba.
 
Se busca hacerlo a favor de la independencia, justicia social plena y bienestar para todos los cubanos, a cuyo empeño los arraigados fuera de los límites nacionales pueden contribuir crecientemente.
 
Los decididos a viajar a La Habana con ese fin conocerán una actualización de la situación del país, marcadamente difícil por carencia de bienes materiales y deterioro de servicios, a causa esencialmente del bloqueo estadounidense.
 
Los connacionales desean tener elementos más objetivos de esas circunstancias, con frecuencia sobredimensionadas e incluso distorsionadas por la prensa.
 
Ellos tendrán la oportunidad única de dialogar con asociaciones de cubanos sobre las faenas realizadas en ayuda a la tierra natal.
 
Los asistentes a la conferencia conocerán cómo pueden contribuir a la vida política, económica, social y cultural de su país natal, a través de inversiones y en proyectos en municipios.
 
Una vez más, las autoridades de este país caribeño subrayarán la política local de facilitar los viajes al exterior, el regreso, y de otorgarle a los que decidan permanecer fuera la oportunidad de sumarse a planes de cooperación.
 
La venidera confluencia en La Habana tendrá lugar cuando se aprecia una diversidad de naciones donde se radicaron cubanos, de ahí que la Conferencia buscara la mayor representatividad posible.
 
Desde las autoridades se advierte un notable esfuerzo por concretar más vías para intercambiar puntos de vista con los connacionales estables en otras latitudes.  
 
Todo ello, junto a disposiciones en relación con los pasaportes y en otros órdenes, ponen de relieve que la mayor de las Antillas disfruta de un magnífico momento en sus relaciones con los establecidos allende los límites oficiales.
 
No hay marcha atrás en el camino iniciado con el diálogo en 1978, hasta hoy incesante y todo augura como irreversible.
 
De mantener esa relación viva, a pesar de las dificultades, y estimular los vínculos con las nuevas generaciones, se hablará en La Habana en la cuarta Conferencia La Nación y la Emigración.