Representantes de Cuba y Estados Unidos conversan sobre migración.
Por Roberto Morejón
Las conversaciones entre Estados Unidos y Cuba sobre temas de migración continuaron su curso en La Habana, encuentro en el que el gobierno antillano reafirmó su disposición a proseguirlas, dada su utilidad y sobre todo para garantizar un flujo de este tipo ordenado y seguro.
Representantes de la nación norteña y del país caribeño sostuvieron de esta manera el cuarto de esos intercambios durante la administración del presidente Joseph Biden.
Se trata de un paso de avance en comparación con la etapa precedente, cuando el entonces primer mandatario estadounidense, Donald Trump, interrumpió ese tipo de acercamientos, a pesar del buen fruto que tienen en el orden bilateral.
Ahora en La Habana, las representaciones de Cuba y Estados Unidos pudieron revisar el cumplimiento de los acuerdos bilaterales, adoptados desde 1984.
Las dos partes examinaron esas y otras avenencias como hicieron en los tres intercambios anteriores, en asuntos tan complejos como migración, seguridad y control de fronteras.
La reunión bilateral de esta semana se inscribe en una coyuntura singular, al aumentar el flujo de migrantes desde Cuba, en relación directa con el impacto del recrudecimiento del bloqueo, dictado por Trump y sostenido en esencia por su sucesor.
Cuba subrayó cómo incentivan adicionalmente esas salidas las disposiciones especiales en Estados Unidos en relación con los nacidos en este archipiélago.
Ellos pueden acogerse a la Ley de Ajuste Cubano, por la que se les otorga la residencia permanente a partir del año de encontrarse en territorio norteño, una peculiaridad no disponible para otros migrantes.
Para Cuba también resulta significativo en el estímulo a la migración su arbitraria inclusión en la espuria lista de Estados que, según Washington, patrocinan el terrorismo.
Las alegaciones estadounidenses para calzar esa decisión son insostenibles, como lo han denunciado en la ONU delegaciones de varios países.
Otra instigación a las partidas ilegales es el asilo político brindado por el gobierno estadounidense a los secuestradores de aeronaves cubanas, a pesar de ponerse en riesgo la seguridad aérea.
El asunto de la migración irregular también es de sumo interés de la región de América Latina y el Caribe, como se evidenció en una reunión efectuada recientemente en México.
Convocado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, ese cónclave rechazó las medidas coercitivas aplicadas a algunos países porque provocan la emigración.
El gobierno de Estados Unidos debe tener en cuenta planteamientos de ese tipo, reafirmados por Cuba en el encuentro en La Habana.