Daniel Noboa.

Por Roberto Morejón
 
Confiado en su juventud y en lo que califica de aires de renovación, el nuevo presidente de Ecuador, Daniel Noboa, dice estar listo para enfrentar gigantescos problemas en su país, el de la inseguridad ciudadana y las penurias de la economía.
 
Noboa asumió recientemente la presidencia de Ecuador por año y medio después de sorprender en la consulta electoral, pues no lo secundan tradicionales fuerzas políticas.
 
Precisamente, el ahora Jefe de Estado afirma que ese es un factor por el cual muchos votantes optaron por él.
 
Asegura que a pesar de su inexperiencia en la gestión pública y convertirse en el estadista más joven de la historia local, tiene a favor no estar encasillado en lo que señala como viejos paradigmas políticos e ideológicos.
 
Sin embargo, su línea política es voz cantada porque es el hijo de los uno de los hombres más ricos de Ecuador, perseverante candidato a la presidencia en 5 ocasiones, todas sin éxito.
 
La trayectoria futura no debe desviarse de la asumida por el pro-mercado y derechista ex presidente Guillermo Lasso, quien no terminó su mandato al accionar el mecanismo constitucional conocido como muerte cruzada, disolver la Asamblea y convocar a comicios anticipados.
 
A diferencia de su predecesor, Noboa parece dispuesto a bajar las tensiones en el volátil escenario nacional, crispado por la intransigencia de Lasso.
 
El joven dignatario logró un acuerdo en el legislativo que le facilitará un voto de mayoría para impulsar sus planes.
 
Tal vez lo hizo ante los dilemas que le aguardan, entre ellos la violencia en un país donde Lasso firmó el permiso para portar armas, a pesar del enfrentamiento entre bandas delincuenciales y narcotraficantes.
 
El nuevo Jefe de Estado prometió empleo y mano dura contra la inseguridad, en medio de repetidos choques fratricidas en las cárceles, asaltos en las calles y el pánico de pobladores.
 
Ecuador además afronta un grave déficit fiscal, escasez de liquidez, pobreza de la cuarta parte de la población y alta desocupación.
 
Noboa dijo que ante esos apuros enviará reformas urgentes a la Asamblea, ante las cuales la población, las organizaciones sociales y los partidos opositores estarán expectantes.
 
El nuevo presidente de Ecuador debe apurar decisiones en un breve mandato antes del previsible aumento del descontento social desatado por la criticada gestión de Guillermo Lasso.