Biden y Trump

por Guillermo Alvarado

Durante mucho tiempo varios analistas han señalado que es falsa la existencia en Estados Unidos de dos partidos contrapuestos, Demócratas y Republicanos, sino que más bien hay allí dos variantes de una misma política que se complementan y alternan según los intereses de la clase dominante.

Ejemplos sobran en la historia. La guerra y ocupación de Afganistán duró 20 años y durante ese período pasaron administraciones de uno u otro bando sin una alteración visible del curso de los acontecimientos.

Por eso, no tiene nada de extraña la última maniobra realizada por Joseph Biden, mandatario demócrata, quien para obtener el apoyo legislativo al envío de arsenales y dinero a Ucrania, así como a Israel en el exterminio palestino, no vaciló en adoptar políticas migratorias republicanas.

Fuentes de los dos partidos confirmaron que hay negociaciones en curso entre la administración demócrata  y el liderazgo republicano en las dos cámaras del Congreso de los Estados Unidos.

Una de las ofertas de Biden es endurecer al máximo las restricciones contra los migrantes en la extensa frontera con México, lo cual incluye cerrar varios tramos cuando la presión sea mucha.

No se descarta la aplicación de nuevo del infame Título 42, que prohíbe la entrada a la potencia norteña de determinadas personas que “podrían representar un peligro potencial para la salud del país”.

Esta medida fue restablecida por Donald Trump y tiene como efecto la anulación inmediata de cualquier procedimiento de solicitud de asilo y el traslado fulminante de los afectados al otro lado de la línea divisoria.

Recordemos, además, que Biden mostró su disposición a continuar la construcción del muro en la frontera, algo que él mismo criticó durante su campaña electoral.

Algunos miembros del partido Demócrata mostraron su preocupación, sobre todo representantes y senadores descendientes de migrantes, entre ellos Pramila Jayapal, presidenta del grupo progresista del Congreso.

El diputado Raúl Grijalva, del distrito fronterizo de Arizona, declaró que los migrantes y refugiados no deben ser el daño colateral de la negociación entre la Casa Blanca y los republicanos en el Congreso.

Eso sí, entre quienes expresaron sus reservas no había absolutamente ninguno de los principales dirigentes del partido Demócrata, sin duda porque ellos saben muy bien que cuando hay intereses poderosos de por medio, como los del  Complejo Militar Industrial, las diferencias partidistas se difuminan hasta desaparecer por completo.